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Que presenten las pruebas
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se manifestó ayer fastidiado por las denuncias de corrupción que involucran a su gobierno, a las que calificó de “insinuaciones” que carecen hasta ahora de pruebas fehacientes. “Ando fastidiado, sufriendo mucho cuando veo denuncias, insinuaciones, y ninguna prueba que hasta ahora pueda condenar a alguien”, dijo Lula al lanzar un programa de desarrollo regional en el estado de Ceará, al norte del país. El mandatario insistió en que sus poderes no le permiten adelantarse a la conclusión de las investigaciones judiciales: “No estamos en la época del Imperio, no somos emperadores ni una monarquía, somos una democracia, una república”. Brasil vive desde hace más de tres meses una crisis que se desencadenó por denuncias de que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) sobornó a diputados con fondos desviados de empresas estatales. El PT y el gobierno niegan esas acusaciones. La crisis ya provocó la renuncia del jefe de Gabinete, José Dirceu, de la plana mayor del PT y de decenas de ejecutivos de empresas estatales.
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