La tensión política entre Irán y la Unión Europea entró ayer en una nueva fase cuando, al comienzo de la sesión del Consejo de Gobernadores de la OIEA, los diplomáticos europeos dejaron clara su intención de tratar de llevar el “caso Irán” ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Irán, por su parte, condenó la maniobra, que calificó de una “endemoniada politización” del caso. Unos 15 de los 35 miembros del Consejo de Gobernadores de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) se niegan también a llevar el caso ante el máximo órgano decisorio de la ONU. Alemania, Francia y Gran Bretaña, que negocian en nombre de la Unión Europea, trataron infructuosamente las semanas pasadas de convencer a Teherán para que renuncie de manera definitiva al enriquecimiento de uranio.