El presidente George Bush, que ya padece los niveles más bajos de popularidad, recibió otro duro golpe después de que los votantes de un estado crucial ignoraron su campaña de último minuto a favor de un candidato republicano. Al mismo tiempo que enviaba una señal de advertencia a los republicanos en el país, el resultado de la carrera por la gobernación en Virginia también enfocó la atención sobre el demócrata Tim Kaine, al que ya se menciona como candidato para la presidencia en 2008.
En la batalla por la Casa Blanca el año pasado, el presidente Bush se aseguró Virginia por un convincente margen de 10 puntos. Doce meses después, Bush hizo una intervención de once horas a favor del candidato republicano, Jerry Kilgore, sólo para ver que el demócrata Kaine ganaba por 52 puntos a 46. En una batalla similar en Nueva Jersey, también fue un demócrata, Jon Corzine, quien ganó una dura competencia por la gobernación de ese estado, asegurándose la victoria por un sorprendente margen de nueve puntos. Mientras Nueva Jersey ha sido tradicionalmente un estado demócrata, Virginia nunca lo fue.
Que la energía personal puesta por Bush no haya sido suficiente para revertir la situación en Virginia será una considerable preocupación para los candidatos republicanos, que ya están preocupados por ir a las elecciones el año que viene llevando el bagaje de la prolongada guerra contra Irak. En Nueva York, el republicano Michael Bloomberg, que siempre se esperó que ganara, así lo hizo por una amplia diferencia de 20 puntos sobre el demócrata hispano Fernando Ferrer.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.