EL MUNDO
• SUBNOTA › COMO QUEDA EL CUADRO POLITICO TRAS LAS ELECCIONES
Todas las fuerzas del “Evazo”
› Por P. S.
Desde La Paz
El conteo oficial terminó de confirmar ayer una tendencia irreversible: un triunfo histórico de la izquierda indígena boliviana –“Huasca” (paliza en aymara) tituló el diario sensacionalista Extra– y una amarga derrota para la derecha, casi enmudecida por una derrota de dimensiones inesperadas. Con el 60 por ciento de la mitad de los votos escrutados, Evo Morales se mantenía por encima en el 52 por ciento de los votos, a casi 20 puntos de diferencia con Jorge “Tuto” Quiroga.
Lo cierto es que el candidato socialista ya puso su marca en la historia al obtener la votación más alta de los últimos 30 años. Y, a diferencia de sus antecesores, Morales cuenta con un paraguas de la legitimidad política derivado del aluvión de papeletas azules y con un paraguas de legitimidad social desprendido de su propia biografía como activista social, fogueado en las duras batallas sindicales de las últimas dos décadas y formado en la escuela del sindicalismo campesino boliviano. Jaime Solares, el líder de la debilitada Central Obrera Boliviana (COB), parece haber quedado sólo con su plazo de 90 días al nuevo gobierno para “que nacionalice los hidrocarburos –sin indemnización– y cumpla con las demandas sociales”. La Federación de Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve) y la Central Obrera Regional (COR) de la misma ciudad tomaron nota de los resultados y convocaron reuniones de análisis. Mientras, vencedores y vencidos procesaban con tranquilidad los resultados, como si hiciera falta aún digerir la sorpresa.
“Después de ver semejante victoria electoral es importante, pero no prioritario, preocuparse por el tema de la gobernabilidad”, dijo el asesor del MAS y posible “ministeriable” Juan Ramón Quintana. Los analistas coinciden en que la agrupación Podemos de Quiroga no tiene asegurada su cohesión y las fuerzas centrífugas, producto de la posibilidad de un cercano triunfo, pueden ser desplazadas por las opuestas, características de los momentos de derrota. “En el caso de Unidad Nacional (de Samuel Doria Medina) es posible esperar una oposición constructiva e, incluso, acuerdos puntuales con el nuevo gobierno”, dijo a Página/12 el periodista y analista político Fernando Molina. Hernán Terrazas, vocero de Podemos, también se comprometió a actuar como “oposición constructiva”, aunque algunos consideran que esta actitud moderada responde más a la “resaca” de una derrota fulminante que a una voluntad política sostenible en el largo plazo.
El MAS obtendría mayoría simple en diputados y en el caso de los senadores hay un empate que puede transformarse en minoría si se define en contra la elección en el despoblado departamento de Pando, donde el MAS está disputando cabeza a cabeza el segundo lugar con UN.
Otro frente abierto es el de los prefectos (gobernadores). Si bien el MAS superó las expectativas y obtendría entre dos y tres prefectos (Oruro, Potosí y, quizá, Cochabamba), la mayoría responde a proyectos de acumulación política personal. Y en Santa Cruz y Tarija, los ánimos bélicos en la “guerra de posiciones” autonomista podrían ser temporalmente calmados por la sorprendente votación del MAS en Santa Cruz y Tarija: más del 30 por ciento en cada uno de estos departamentos ricos en gas y petróleo. Algunos electos, como el nuevo prefecto de La Paz, el aliado de Tuto, José Luis Paredes, ya ha dicho que trabajará de “manera coordinada” con el nuevo presidente.
El “Evazo” le da al nuevo gobierno el aire que le quitó a la futura oposición de derecha. “El tan esperado fin de la transición política parece haberse instalado entre nosotros. Estamos en la antesala de un verdadero desempate y, quizás, en los albores de una nueva hegemonía. Todo dependerá de cómo invierta el MAS el capital político acumulado”, razona el analista Rafael Archondo en una columna en el semanario La Epoca.
“Los vilipendiados de la historia boliviana ya hemos salido con nuestro gusto: buscar una revolución democrática en base a la conciencia del pueblo, una revolución cultural sin violentar a nadie”, dijo Morales, que hoy discutirá en Cochabamba con los movimientos sociales cómo dar los próximos pasos. Esta vez, con un pie en el Palacio.
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