Jue 13.04.2006

EL MUNDO • SUBNOTA  › EL RECUENTO JUDICIAL ESTA CENTRADO EN 82 MIL VOTOS INVALIDADOS

Las boletas que tuvieron otro destino

› Por E. G. *
Desde Roma

Una caja de votos encontrada en la basura, un pueblo en donde se tragaron mil votos de Forza Italia, 30 mil boletas perdidas en el viaje de Suiza a Roma... Los errores y las irregularidades abundan, pero el recuento iniciado ayer se centra en 82.850 votos discutidos por algún interventor electoral y, por tanto, temporalmente invalidados. La victoria del centroizquierda en la Cámara de Diputados, por sólo 24.224 votos de ventaja, está en manos de un centenar de jueces encargados de establecer el resultado definitivo. “No siento ningún temor respecto de un posible vuelco del resultado; la nuestra es una victoria absolutamente tranquila.” Romano Prodi se mostró ayer seguro de su mayoría e ironizó sobre la negativa de Silvio Berlusconi a aceptar los resultados provisionales: “Es curioso que Berlusconi plantee esas dudas cuando controla el Ministerio del Interior y tiene en la mano todos los datos; será que no se fía de sí mismo, será que atraviesa una crisis de identidad”, comentó Il Professore.

Por una vez, sin embargo, Il Cavaliere tiene algo de razón. En las elecciones de 2001, con un Ministerio del Interior en manos del centroizquierda, la diferencia entre los datos provisionales y los datos definitivos fue de 57 mil votos. Los encargados de verificar los votos en discusión eran un centenar de jueces, designados por el Tribunal Central de Apelación y distribuidos por todas las provincias.

Los problemas empiezan cuando los números emprenden un largo y tortuoso viaje telefónico hasta Roma. El presidente de la mesa se encarga de llamar al ayuntamiento y da verbalmente los datos contenidos en el acta, firmada por los fiscales y por él mismo. El ayuntamiento llama a su vez a la Prefectura, en donde un funcionario toma nota y llama a una Junta Electoral, para que otra persona vuelva a anotar y llame finalmente al Ministerio del Interior. Ese procedimiento propicia errores como el de Regalbuto, un pueblo siciliano en el que Forza Italia consiguió 1096 votos. Un error en la lectura, una interferencia telefónica o los problemas auditivos de un funcionario hicieron que a Roma llegaran sólo 96 votos. Como el error era redondo y contradecía las sumas totales establecidas en el acta, fue detectado inmediatamente. Podía darse por corregido, por lo que oficiosamente la ventaja del centroizquierda bajó de 24.224 votos a 23.224.

Otros errores fueron más espectaculares. Ayer por la mañana, en Roma, una señora que dejaba la bolsa de la basura en un contenedor vio una caja llena de boletas. Se fijó en ellas y comprobó que no eran impresos sobrantes, sino votos reales, 900 en total. La policía acudió de inmediato; una patrulla de basureros examinó todos los contenedores de la zona y el fiscal Ippolito Adelchi se hizo cargo del caso. Hacia media tarde, el misterio parecía resuelto: después de firmar el acta y efectuar la llamada telefónica, el presidente de la mesa 958 de Roma metió los votos en cajas de cartón, las cerró y las entregó a un empleado que, escoltado por la Policía Municipal, se encargó de llevarlas a las dependencias de la Junta Electoral. Pero había otras cajas de cartón idénticas, llenas de papeles y desperdicios. El empleado, por descuido, llevó a la Junta Electoral una caja de basura y arrojó en un contenedor un montón de votos válidos ya contabilizados.

Los votos de los italianos en el extranjero se perfilaban como especialmente dudosos. Ya el 9 por la mañana, con las urnas recién abiertas, un senador democristiano denunció “un mercado negro de votos” en Buenos Aires y pidió que se anularan las boletas procedentes de Argentina. Otro parlamentario de Forza Italia, Gino Trematterra, denunció ayer al diario Journal de Geneve que en Suiza habían votado 188 mil emigrantes italianos y a Roma habían llegado, sin embargo, sólo 158 mil. Por el camino se habían perdido 50 mil.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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