EL MUNDO • SUBNOTA › ENTREVISTA CON EL MANDATARIO HORAS ANTES DE ASUMIR
› Por Francesc Relea *
Desde Lima
Dieciséis años después de abandonar la presidencia de un gobierno severamente criticado, Alan García Pérez recibió ayer de nuevo la banda presidencial. Vuelve al poder el presidente que a los 35 años fue incapaz de contener la inflación y las violentas embestidas de la guerrilla de Sendero Luminoso y desató la furia de los mercados financieros. Hoy se presenta como un político maduro que ha aprendido de los errores del pasado y que conserva un gran carisma y poder de seducción.
–¿Es consciente de que un alto porcentaje de peruanos que votó por usted lo hizo para que no ganara Ollanta Humala?
–O sea que votaban por una alternativa mejor para ellos. Esa es siempre la decisión de un elector. Todo candidato útil, aquí, en España y en cualquier parte, se juzga a veces como la mejor carta, o es visto como el menos malo. El país ha juzgado que soy útil, algunos para evitar que se impusiera una alternativa irracional. Creo que el elegido es dueño de sus votos. Todo depende de cómo encare el nuevo gobierno ciertas decisiones fundamentales que hay que tomar. Lo demás es especulación.
–¿Qué decisiones tomará en sus primeros 100 días de mandato?
–Las decisiones que el gobierno tiene que tomar son claras: Perú es un país en el cual la injusticia social, generada en gran parte por su pobreza tecnológica y productiva, no ha encontrado una salida en estos años, a pesar del crecimiento económico mundial. El primer gesto que espera la población es transformar el Estado mismo, a través de una política de austeridad, de descentralización, de programas concretos y hechos y de simplificación y moralización.
–¿Qué medidas concretas adoptará para cambiar las cosas?
–Hay que convertir los últimos en los primeros. El país está dividido tal y como mostró el resultado de las elecciones: la región de 13,5 millones de peruanos de las ciudades que se benefician de alguna manera del Estado, con la inversión productiva vinculada al extranjero y al mercado nacional, y los otros 13,5 millones de peruanos para los que hay muy poco Estado o muy ineficiente. El primer signo claro de mi gobierno será la austeridad, éste es el mensaje fundamental que espera la población. Salimos de un régimen de frivolidad, de celebraciones con el rey de España y el príncipe Alberto de Mónaco, de viajes incesantes de funcionarios y del presidente anterior, que tuvieron un costo altísimo. Hay que poner un freno a todo esto y destinar algunos miles de millones de ese ahorro a la electrificación rural, al agua potable y a los pequeños caminos vecinales.
–Los últimos de los que usted habla, los millones de pobres, votaron en su mayoría por Ollanta Humala y no por usted. ¿Por qué?
–Los partidos políticos estamos en la escena estatal y todas estas personas han perdido fe en el sistema político y en el Estado, votan contra el sistema político y siguen a cualquier persona con rasgo de aventurero que diga: voy a destruir todo esto. Lo cual es interesante y adolescente, pero no tiene ninguna consecuencia positiva y racional. Hay que tener mucho cuidado de que Perú no pierda el paso de las inversiones internacionales. Ya se acabó la llegada de capital español que vino por las privatizaciones. Ahora llegan capitales que construyen cosas y no sólo compran cosas.
–¿Dónde se ubica usted en los vientos de cambio en América latina y cómo se puede hacer una política de mayorías sin que lo acusen de populista?
–Nunca uso el término populista, porque comenzó aplicándoseme entre los años 1987 y 1990, cuando dejé de pagar la deuda. Creo que el término populista proviene idiomáticamente de popular y de pueblo. Para mí nunca sería una acusación, sino que es honroso defender al pueblo. Estoy convencido de que la globalización es un hecho positivo como lo fue elcapitalismo en su nacimiento. Veo cómo Chile ha avanzado en reducir la miseria y en capacidad educativa cinco veces más que Perú, porque ha sabido captar capitales, unirse a la globalización y firmar tratados de libre comercio. Hay que copiar lo bueno de los que tienen buenos resultados.
–¿Intentará restablecer las relaciones con el presidente venezolano, Hugo Chávez?
–No estoy de acuerdo con que las personas intervengan donde no deben. Pasada la elección, se acabó el problema. No voy a ahondar la herida.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux