La construcción de un partido único que nuclee a todos su partidarios, uno de los objetivos proclamados por Hugo Chávez tras ser reelegido el mes pasado, se encontró con un escollo. Varias formaciones aliadas, temerosas de perder su identidad, están analizando si les conviene o no adherirse al mismo, aunque la opción por la negativa signifique alejarse del gobierno.

El 15 de diciembre, tras su resonante triunfo electoral, Chávez había manifestado su intención de fusionar las 23 agrupaciones políticas que conforman la coalición de gobierno en una sola formación: el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Según proclamó, su intención es acabar con la ineficiencia y la burocracia del ámbito político venezolano, acelerando de esta forma lo que él denomina la “revolución socialista”. Según las encuestas, la corrupción, junto con la inseguridad, son las mayores preocupaciones de los venezolanos. “El partido nuevo no puede ser una sopa de letras, una suma de las mismas caras de siempre”, aseguró Chávez. El mandatario pidió que el PSUV termine con las asignaciones de puestos gubernamentales a dedo para empezar a radicar el poder directamente en la base del partido y de las masas.

La oposición inmediatamente lo acusó de querer copiar el modelo socialista de partido único de su principal aliado en el continente, el líder cubano Fidel Castro, y de desconocer el pluralismo político. De los partidos más importantes que forman la coalición de gobierno, el que asumió rápidamente y sin problemas la propuesta fue el Movimiento Quinta República (MVR), creado por Chávez en 1997 a fin de competir en la primera elección presidencial que ganó, en 1998. El MVR se precipitó a disolver la organización no bien hecho el anuncio del partido unido. “El MVR desapareció, pasó a la historia y cederá espacio al Partido Socialista Unido”, proclamó el mandatario venezolano el año pasado.

En cambio, Podemos, Patria Para Todos (PPT) y el Partido Comunista Venezolano (PCV) pusieron peros y se generó una discusión interna en el chavismo. Para algunos dirigentes políticos no conviene juntar a comunistas, socialistas, socialdemócratas y socialcristianos en una misma bolsa. PPT y Podemos mostraron su intención de entrar al partido, pero pidieron tiempo para considerar la propuesta. Ismael García, de Podemos, exigió un trato respetuoso e igualitario y pidió “una integración democrática, sin excluidos ni desplazados”. Por su parte, el PPT llamó a un debate previo. “Nuestra posición es la de total apoyo a la conformación del partido unido. Sin embargo, creemos que dicho proceso debe prestarse a una profunda discusión e intercambio de ideas y, sobre todo, el PPT hace hincapié en el hecho de incluir a aquellos que no militan de alguna forma en partidos políticos”, aseguró el secretario general José Albornoz.

En cambio, el PCV, un socio menor en la alianza que ha ido consolidando su espacio en el proceso llevado adelante por Chávez, es el que peor recibió la propuesta. Un sector importante de la organización se opone a la disolución de la formación, ya sea por razones ideológicas, ya sea por el temor a perder poder dentro de una formación más amplia. Su secretario general, Oscar Figuera, anunció que la adhesión está siendo debatida por las células del partido y que el 3 y 4 de marzo se realizará el Congreso Extraordinario del Comité Central para analizar el futuro de la agrupación. “Por respeto a la militancia y a la democracia interna del PCV, la directiva no puede asumir la decisión de disolver esta organización, pues sería un golpe bajo que una instancia cupular resolviese sin consultarle al partido”, aseguró Figuera.

Chávez dio a entender además que no perdonará a las formaciones que no lo sigan. “Aquellos partidos que estén establecidos y que no quieran ir al partido único, los dejo en libertad de seguir su camino. Claro, tendrían que salirse del gobierno”, advirtió.