Después del viernes, la pregunta era cómo iban a reaccionar ayer los mercados luego de la debacle de aquel día. El domingo por la noche, el signo de pregunta era más grande, porque WorldCom anunciaba la bancarrota más importante de la historia de Estados Unidos. El presidente de Wall Street, Richard Grasso, había llamado a ser “pacientes” y “mirar más allá de lo que pase el lunes” a los operadores. Y ayer, ésta fue la respuesta de las bolsas: el índice Dow Jones cayó un 2,57 por ciento, y el índice de los valores tecnológicos Nasdaq un 2,94 por ciento; en Londres, el FTSE de Londres cayó 100 puntos respecto del viernes (un 4,95 por ciento), tocando su peor nivel en seis años; la Bolsa de París perdió 5,25 por ciento y el índice DAX de Frankfurt perdía 5,60 por ciento. A todo esto, la compañía de seguros holandesa Aegon anunció que sus ganancias serán mucho menores a las previstas, lo que asustó a los inversionistas porque puede hablar de otro anuncio peor, más parecido al de las empresas del otro lado del Atlántico en los últimos tiempos. Así, el índice de seguros DJ euro Stoxx 50 bajó un 5,62 por ciento. El euro bajó un poco respecto del dólar (1,0097 contra el 1,0120 del cierre del viernes). “Al menos para Francia, no hay riesgos graves”, dijo en tono de Bush el premier francés Jean-Pierre Raffarin.