Canadá, México y Venezuela –tres de los cuatro principales proveedores de petróleo de Estados Unidos– podrían ser blanco de ataques de Al Qaida, con el objetivo de asfixiar la economía estadounidense, según una página en Internet llamada Sawt al-Jihad (“La Voz de la Guerra Santa”), alojada en un servidor de Arabia Saudita. Coincidentemente, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, responsable de la seguridad interior de México, recibirá mañana en sus oficinas al secretario de Seguridad Nacional del gobierno de Estados Unidos, Michael Chertoff.

El mensaje dirigido a los mujaidines llama a seguir las directrices de Osama bin Laden para golpear intereses petroleros en Medio Oriente y en otras zonas del mundo. “Debemos atacar intereses petroleros en todas las zonas que abastezcan a los Estados Unidos, no sólo en Medio Oriente, porque el objetivo es detener sus importaciones o disminuirlas a como dé lugar”, dice el texto, cuyo autor, Adeen al Bassam, define como blancos legítimos las instalaciones petroleras, oleoductos, plataformas de ultramar y transportes “que en su opinión asfixiarán a la economía de Estados Unidos”.

La estrategia de atacar instalaciones petroleras es afectar fundamentalmente a las naciones industrializadas, en especial Estados Unidos, aunque las naciones productoras no resentirían los efectos de forma negativa. Al contrario, “de hecho las naciones productoras se beneficiarán de más altos precios petroleros. Es igual al ‘boom’ económico que tuvieron países del Golfo después de bajar las importaciones petroleras en 1973”.

El mensaje, escrito en árabe y traducido y publicado en inglés el pasado 8 de febrero por el Instituto de Búsqueda de Entidades Terroristas, en Washington, no ha sido reivindicado por Al Qaida. Sin embargo, las principales agencias informativas del mundo la han reproducido, aunque la nota fue desestimada por los dos principales diarios estadounidenses, The New York Times y The Washington Post, los que no le dieron cabida en sus ediciones en línea. La BBC de Londres tampoco la incluyó.

Mientras en Canadá los servicios de inteligencia reportaron que estaban al tanto de la amenaza y la asociación de Productores de Petróleo de aquel país llamó a sus socios a extremar precauciones, en México el gobierno de Felipe Calderón guardaba absoluto silencio, excepto por la difusión de esa noticia a través de la agencia gubernamental Notimex. Algunos analistas consultados presumían que la nota fuera sembrada por intereses económicos estadounidenses, pero el experto Rafael Fernández de Castro, director de Foreign Affaires en español, recomendó “tomarla en serio, sin caer en alarmismos”.

En cualquier caso, Estados Unidos, a través del Pentágono, ya vigila los pozos petroleros mexicanos en la zona del Golfo de México desde hace por lo menos un año, según reveló el ex secretario de Energía, Rodolfo Elizondo. El gobierno de George W. Bush reforzó sus medidas de seguridad sobre la frontera mexicana luego de los ataques del 11-S, al considerar que México podría ser utilizado como plataforma de Al Qaida para dirigir nuevos ataques contra objetivos en territorio estadounidense. Este podría ser tema en la reunión de mañana, en la capital mexicana, entre los responsables de la seguridad nacional de ambos países.