Las informaciones sobre las terribles condiciones de un hospital que trata a los soldados heridos en Irak y Afganistán ha provocado una oleada de indignación en Estados Unidos. Los medios están siendo inundados desde hace días por e-mails de ciudadanos furiosos, Bush anunció la creación de una comisión de investigación, el Congreso también investigará y el secretario de Defensa, Robert Gates, relevó al secretario del ejército estadounidense, Francis Harvey, el civil de más alto rango en las fuerzas armadas. Según el Washington Post, decenas, si no centenas de soldados estadounidenses, que resultaron heridos o hasta mutilados en Irak o Afganistán, vivían entre cucarachas, ratas, moho y agujeros en techos durante su tratamiento médico en el principal hospital militar estadounidense Walter Reed de Washington.