Una semana después de anunciar su retirada de Irak, el comandante británico James Bashall aseguró que se trasladará a la frontera iraní junto con un contingente de 350 hombres a pedido del comando estadounidense. Según publicó ayer el diario británico The Independent, las tropas dejaron el aeropuerto de Basora, donde esperaban para volver a Europa, para vigilar el tráfico de armas en la frontera. Bashall explicó que los militares norteamericanos están preocupados por el “calentamiento” que se está viviendo en la frontera. Mientras el brigadier británico hacía esas declaraciones, el régimen iraní comenzaba a construir una barrera de tierra de alrededor de siete metros de alto en la región aledaña a la ciudad de Basora, bastión de las fuerzas británicas hasta hace una semana. Teherán sostiene que lo hace para defenderse de los constantes ataques a su territorio desde el lado iraquí. Por ahora, ni Bagdad ni la coalición liderada por Washington han reconocido públicamente estos ataques.