La senadora colombiana Piedad Córdoba confirmó ayer que están negociando una nueva segunda liberación de rehenes de las FARC. “Que va a haber más liberaciones, las va ha haber. Y yo nunca digo algo que no pueda decir”, aseguró la mujer que acompañó la mediación del presidente venezolano Hugo Chávez y que luego participó de la entrega de Clara Rojas y Consuelo González a principio de mes. Esta semana, el director de la revista comunista Voz, un medio cercano a la guerrilla colombiana, también había señalado que la cúpula de las FARC estaba negociando una nueva entrega, esta vez centrada en los secuestrados enfermos. Sin embargo, nada es fácil en el conflicto colombiano. Mientras la senadora y el mandatario venezolano siguen buscando otro gesto unilateral, el gobierno de Alvaro Uribe parece alejarse cada vez más de la guerrilla. Ayer el Palacio de Nariño anunció que ponía una recompensa de dos millones de dólares sobre cada una de las cabezas de los jefes de las FARC. Además, el ministro del Interior, Carlos Holguín, informó que de ahora en más el gobierno pedirá la extradición de todas las personas que “apoyen” o “sean cómplices” de las FARC. Esta decisión llega un día después que la televisión venezolana mostrara un video casero en el que un hombre identificado como el alcalde de Maracaibo y otros hombres vestidos con remeras con el logo del partido chavista entregaban alimentos a un grupo de supuestos guerrilleros de las FARC y el ELN. Tanto el gobierno de Caracas como el de Maracaibo rechazaron la acusación; Bogotá ya empezó a investigar.