EL PAíS
› MENEM QUIERE “AUNAR FUERZAS” CON EL DUHALDISMO
“Un pacto de no agresión”
El riojano pidió el acuerdo públicamente. Quiere una alianza para enfrentar a Rodríguez Saá. En el Gobierno niegan toda posibilidad.
La interna justicialista logra milagros. Por ejemplo, que Carlos Menem sugiera un acercamiento con Eduardo Duhalde, su archienemigo histórico y a quien a poco de asumir el poder lo trató de inepto. Lo hizo al no descartar la posibilidad de un “pacto de no agresión” con el Presidente e incluso “aunar fuerzas” para la próxima contienda electoral. Desde ya que en Gobierno descartaron de plano esa alternativa, aunque reconocieron contactos “permanentes” con el menemismo.
Menem y Duhalde muestran heridas de rechazo mutuo que nunca pudieron cicatrizar. Compartieron la fórmula presidencial en 1989, pero después el bonaerense retornó a su distrito para pelear por la gobernación. Cuando buscó convertirse en el “candidato natural” del PJ, Menem le puso sucesivos obstáculos en el camino. Uno de ellos fue “crearle” un competidor interno, corporizado en Adolfo Rodríguez Saá, quien armó una fórmula con Jorge Asís por un par de semanas hasta que decidió desistir de la pelea.
El tiempo pasó y la pelea por el poder permitió cambios radicales en la interna justicialista. El menemismo logró introducir gente propia en la actual administración duhaldista. Los hay en niveles secundarios, como los casos de Ricardo Klass y Daniel Herrendorf dentro del Ministerio de Justicia y Seguridad. Uno fue abogado personal de Menem. El otro el autor de las memorias del ex presidente.
Pero también hay hombres de excelente relación con Menem en cargos de primer nivel. Dos de ellos son Miguel Angel Toma y Jorge Matzkin, ex funcionarios durante los 90. El titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) mantiene reuniones periódicas con Alberto Kohan, jefe de campaña de Menem.
Fue Toma quien invitó a Kohan a su asunción en el cargo. Ese mismo día asumió Juan José Alvarez en el Ministerio de Justicia y Seguridad. El ex secretario general del menemismo mantiene contactos telefónicos y reuniones personales con el actual titular de ese cargo, Aníbal Fernández, según admitieron a Página/12 fuentes de Gobierno.
La idea del “pacto de no agresión” fue fogoneada en su momento por el propio duhaldismo cuando aún no despuntada Rodríguez Saá y José Manuel de la Sota no movía el amperímetro. El bosquejo del acuerdo era que el Gobierno no obstruía la participación de Menem en la interna y éste garantizaba el regreso de Duhalde a su distrito.
Ahora es Menem quien retoma la idea. En este caso al observar cómo varios intendentes bonaerenses traspasan las paredes del “aparato” duhaldista para coquetear con Rodríguez Saá. La propuesta del ex presidente ahora es juntar fuerzas para vencer al puntano. “Depende del Presidente”, dijo ayer Menem, quien de paso se mostró víctima y no victimario en la relación con su archienemigo: “En un momento hubo agresiones de su parte y su señora (Chiche Duhalde)”, chicaneó.
Pero en Gobierno no prende la idea de una alianza con el menemismo por varias razones: hoy por hoy está más cercano a cerrar trato con Rodríguez Saá. Claro, no lo une el amor sino el espanto. El puntano está al tope de todas las encuestas y Menem por ahora parece mostrar un techo difícil de romper.
“Todavía no hay nada cerrado. Para marzo faltan 6 meses. Hoy al Adolfo no lo baja nadie, pero en dos meses ¿quién sabe?”, evaluó anoche ante este diario un alto funcionario en la Casa Rosada. Los números del último año parecen darle la razón. A fin de diciembre había encuestas que mostraban bien posicionado a Carlos Ruckauf, después a De la Sota, a Carlos Reutemann y hasta hubo un momento de reposicionamiento de Menem.
“Para qué abrochar algo ahora. Hay que cerrar trato más cerca de la fecha y cerrar con el ganador”, ensayó el funcionario con el razonamiento de los que aman el poder.