EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER ENCABEZO EL ACTO POR EL ANIVERSARIO DE MALVINAS EN LA BASE DE EL PALOMAR
La Presidenta encabezó el acto central por el 26º aniversario del conflicto. Subrayó el “respaldo inclaudicable” al reclamo de soberanía. El canciller Taiana criticó la falta de apoyo del Reino Unido al viaje de los familiares de ex combatientes.
A 26 años de la guerra de Malvinas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner renovó ayer el “respaldo inclaudicable” al reclamo de soberanía sobre las islas y reafirmó “el desafío de seguir con la gesta irrenunciable e indeclinable” de recuperar el archipiélago. La jefa de Estado presidió el acto central de conmemoración por el Día del Veterano y los Caídos en Malvinas, realizado en la base aérea de El Palomar. Acompañada por todo su gabinete y los jefes de las Fuerzas Armadas, Fernández de Kirchner criticó la política que llevó el gobierno menemista ante al conflicto, aunque no realizó ningún reclamo al Reino Unido en relación con los vuelos humanitarios para que los familiares de los combatientes visiten el cementerio de Darwin. El que sí hizo referencia al tema fue el canciller, Jorge Taiana, quien luego del acto acusó al gobierno inglés de “obstaculizarlos” (ver aparte).
La exposición de la Presidenta fue en un tono calmo, muy alejado de sus últimos discursos, referidos al paro del campo. Rememoró “imágenes imborrables” de los años de la guerra, cuando la familia Kirchner vivía en Santa Cruz. “Recuerdo a mi hijo Máximo –dijo–, que tenía cinco años, jugando todo el tiempo sentado frente al televisor en la cocina, siguiendo la guerra con pasión, con sus soldaditos de plomo, avioncitos y barquitos: para él era un juego de chicos, para otros había sido una jugada militar, política.” Fernández de Kirchner habló sobre “los millones de argentinos” que supieron diferenciar “lo que era una gesta histórica, de lo que nunca se había aceptado: la violación de la democracia, lo que habla de la claridad y la nobleza de nuestro pueblo”.
Entre los militares presentes había cierto malestar, no por las palabras del discurso sino por un detalle de la organización de acto. Detrás de la Presidenta estaban los ministros y los jefes de cada fuerza. Sin embargo, los oficiales que estaban sentados frente a Cristina lo hicieron a partir de la tercera y cuarta fila, ubicados después de los oficiales de policía, de Prefectura y otros funcionarios nacionales.
Un párrafo aparte recibió una medida tomada por el entonces canciller menemista, Guido Di Tella, de enviar osos de peluche a los kelpers “para acercar relaciones” en el conflicto. “Entre aquella decisión que fue la de la guerra y alguna otra decisión de creer que solamente con ositos Winnie Pooh podríamos recuperar nuestras islas, ahora debe estar la decisión de un país de recuperar su fortaleza económica, su presencia en todos los foros del mundo y también en el respeto a los derechos humanos para que nuestra voz sea escuchada y respetada”, sostuvo.
Antes de la Presidenta habló el jefe de Estado Mayor Conjunto, el brigadier Jorge Chevalier, quien fue piloto de un avión bombardero Canberra durante la guerra. Chevalier destacó que “los veteranos y los caídos en combate nos dejaron un testimonio que se mantiene vivo en el anhelo de recuperar nuestras islas Malvinas a través de un reclamo justo y permanente”. “La soberanía –aclaró– es un objetivo nacional como lo marca la Constitución Nacional.” El brigadier general aseguró que “a todos los veteranos de guerra nos une un lazo único y difícil de explicar”.
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