EL PAíS › A UN AÑO DEL ASESINATO DE CARLOS FUENTEALBA, SU ESPOSA SANDRA RODRIGUEZ RECLAMA JUSTICIA
Un paro y movilización en Neuquén recordará hoy el aniversario del homicidio del profesor de Química que participaba de la protesta docente. Su viuda pide el apoyo de todo el país en el juicio contra el policía Poblete.
› Por Elio Brat
Desde Neuquén
“El 4 de abril, Carlos fue asesinado por pelear por su salario” repite Sandra Rodríguez, la compañera de Carlos Fuentealba, el profesor de Química asesinado hace un año por la policía de Neuquén. Se muestra dolida porque la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) no convocó a un paro nacional por el primer aniversario de la muerte de su esposo. Espera que la movilización que se planifica para hoy en las calles de la capital provincial “nos dé fuerzas a mí y a mis hijas para seguir peleando”.
–A un año de la represión en la ruta 22, ¿qué siente?
–Mucho dolor, ya que revivo ese momento. Lo irremediable que fue verlo a Carlos muerto en el hospital. En este tiempo, mis hijas y yo hemos tenido muchos bajones y mucha tristeza, pero lo que hemos estado construyendo es el revincularnos en nuestra nueva situación. Porque cuando te pasan estas cosas, es tanto el dolor que uno se aísla en sí mismo, aunque estés con el otro. Por eso, cuando a poco de lo que pasó yo dije que “fusilando a Carlos fusilaron a mi familia entera”, lo expresé muy bien ese día porque había que volver a empezar y a construir algo con nuestras hijas sobre esa situación tan terrible. Reconstruir sobre el dolor es muy difícil... Es todo un trabajo y creo que lo hemos estado haciendo. Por eso yo estoy sumamente orgullosa de mis hijas. Y sumamente orgullosa de Carlos, con quien tuve una pareja ideológicamente compatible, aprendiendo uno del otro en la lucha, en nuestro sindicato y en la vida.
–¿Carlos salió ese 4 de abril con sus compañeros docentes a luchar por algo que ustedes siguen reivindicando todavía?
–Sí, por supuesto. Yo digo que Carlos peleó por sus ideales en el aula, en la calle, con sus amigos y nuestros compañeros. Y lo que me parece increíble es que hemos marchado por tantos, como los 30 mil desaparecidos, Teresa Rodríguez, Silvia Roggetti, Kosteki y Santillán y tantos otros, y yo hoy estoy marchando por él como miles de compañeros en todo el país. Me cuesta porque uno no acepta que estas cosas todavía sigan pasando. Carlos murió peleando por un salario con un gremio como Aten que ha sido, en los últimos años, quienes hemos sostenido una lucha opositora en Neuquén a la política atroz que aplicó el ex gobernador (Jorge) Sobisch. Y en ese punto, si es que lo tenemos que poner en un contexto, creo que eso fue lo que ocurrió: ese día se quiso escarmentar a los trabajadores dejando un mensaje claro: que nunca más un docente debía salir a manifestarse a la ruta y a las calles ni a ningún lugar por sus derechos.
–¿Y lo logró?
–Claro que no lo logró, porque no solamente yo hice el duelo sino todos mis compañeros lo hicieron e inmediatamente salimos con una militancia terrible y no hemos parado prácticamente ni un solo momento para salir adelante y que ese objetivo de paralizarnos no se lograra.
–¿A quiénes sigue haciendo responsable de la muerte de Carlos?
–Como lo dije desde el primer momento, el principal responsable es el ex gobernador Sobisch y luego también su ministro (Raúl) Pascuarelli, la cúpula policial de Salazar y Soto y todos los jefes y policías que participaron en la represión en Arroyito. Aunque no lo reconozcan, todos ellos saben que lo de Carlos no fue un accidente, sino un asesinato. Un verdadero fusilamiento público.
–La Ctera no ha llamado a un paro a nivel nacional como reclamó el gremio de Aten, sino que hará hoy una jornada de lucha. ¿Qué piensa de esa decisión?
–Realmente me duele mucho que la Ctera no haya sacado un paro nacional docente, aunque sé que ha llamado a una jornada de protesta en varios lugares. Pero lo que quiero resaltar es que (para hoy) se convocó a un paro educativo en la Patagonia, en Salta y en el Chaco, dos de las provincias más golpeadas social y políticamente en el país. Y también rescato que la Conadu Histórica llamó a un paro nacional en las universidades.
–El próximo 4 de junio tiene fecha el comienzo del juicio al cabo Darío Poblete. ¿Cómo se llega a ese momento y qué espera?
–Fue también muy fuerte recibir esa noticia ahora. Porque esta causa mueve obviamente ciertos intereses políticos del gobierno que salió en Neuquén y del que entró. Por eso creo que este 4 de abril debemos hacer una gran presión política para que el actual gobernador Jorge Sapag se pronuncie y tome una posición política y se decida en relación con lo que pasó. Además, exigimos que el Tribunal Superior de Justicia tenga nuevos miembros para que se pueda avanzar mucho más en la causa Fuentealba 2.
–¿Qué pide del juicio a Poblete?
–Nosotros le estamos pidiendo a la Cámara Juzgadora que asegure un lugar donde se garantice que el juicio sea oral y público realmente. Y, en lo puntual, mi abogado sigue, pidiendo que se incorpore la prueba de balística que tiene que ver con el arma con que se mató a Carlos y también las pruebas de audio. Y también le pido a la gente de todo el país que venga a Neuquén para acompañarnos.
–¿Qué le enseñó su marido?
–Carlos me enseñó a no bajar los brazos nunca. Y por más que él no esté, sus sueños y sus ideales continúan. Por nuestras hijas, Camila y Ariadna, y por cada alumno que yo tuve, yo los voy a sostener.
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