Y Macri habló. En un giro de su estrategia de autoexcluirse de los temas nacionales, el jefe de Gobierno le pegó a mansalva a la administración de Cristina Fernández de Kirchner. Primero, golpeó por el costado de la inflación. “Hay mucha gente con problemas para llegar a fin de mes”, se solidarizó el empresario, y le apuntó al secretario de Comercio, Guillermo Moreno: “El control de precios no funcionó ni con Hitler”. Luego arremetió contra el estilo K en el conflicto con las entidades rurales: “Estamos frente a un gobierno que, ante los conflictos, se recluye y detiene su accionar”. Y para culminar se despachó contra el desafuero del represor Luis Patti: “Hay que hacer lo que dice la Justicia y no estar actuando arbitrariamente”, opinó.

Hasta ayer, estaba terminantemente prohibido para todo el gabinete PRO hablar de temas nacionales. Una regla que también mantenían a rajatabla el jefe de Gobierno y la vicejefa Gabriela Michetti. Quienes marcaban la línea opositora eran las figuras del Congreso, como el jefe de la bancada de Diputados, Federico Pinedo. Con el inicio del conflicto del campo, las cosas comenzaron a cambiar. Macri hizo una o dos intervenciones en favor de los productores y de los cacerolazos.

El miércoles dio las primeras señales de cambio, al cuestionar el avance de la inflación, una estrategia en la que perseveró ayer. A varios macristas les llamó la atención el giro en el discurso del jefe de Gobierno; incluso, a algunos ministros, que no terminaron de saber si ahora ellos también están habilitados para abandonar el silencio y salir en masa a pegarle al gobierno nacional. Por las dudas, nadie más habló.

Mientras se ponen de acuerdo, Macri no ahorró críticas a la Presidenta. En declaraciones radiales, le reclamó que tome “las medidas que corresponden” para detener la inflación. ¿Cuáles son? “Siempre arrancan de no gastar más de lo que se debe gastar, fomentar la inversión para que haya un aumento de la oferta y no generar políticas que asusten a los inversores”, recitó el líder de PRO, aunque no aclaró cuánto “se debe gastar” (ni cuánto hay que recortar el gasto). “Esto menos va a funcionar si el señor Moreno amedrenta a la gente. Lo que funciona es gastar menos. Hay que hacerlo lo antes posible”, recomendó.

“Lo que más ha involucionado son los precios de la canasta básica. La clase media ha tenido que cambiar sus opciones de consumo”, alertó. “El control de precios es un sistema que no funciona nunca: por más miedo que quiere imponer Moreno, ni Hitler pudo sostener el control de precios, ni la Revolución Francesa lo pudo sostener”, historizó Macri. “Pueden ser un pequeño parche en un período muy corto –concedió luego–, pero la verdad es que hay que funcionar en términos de seriedad de las políticas económicas que uno tiene.”

Macri también cuestionó la velocidad de las negociaciones que lleva adelante con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “En lo que respecta a la ciudad no hemos avanzado prácticamente nada en los últimos 30 días. No vienen a la velocidad que habíamos planificado, lamentablemente”, se fastidió. “Todas las conversaciones con Fernández están congeladas a partir de todos los conflictos que ellos han tenido con el campo”, se quejó. Por último, descartó cualquier oportunismo político y especulación en el momento que eligió para salir a pegarle al Gobierno. “Expreso un sentimiento generalizado, no es con vistas a una elección”, se atajó.