El flamante ministro de Economía, Carlos Fernández, deberá lidiar desde hoy con los productores agropecuarios. Si bien su especialidad es la temática fiscal, los temas rurales no le son del todo ajenos: su yerno es ingeniero agrónomo y trabaja en un campo en Pergamino. Además, una de las hijas del ministro también estudia agronomía.
La reunión pasó inadvertida porque coincidió con el estallido del conflicto con el campo. Fue una entrevista bilateral, parte de la agenda del vicecanciller alemán, Reinhart Silberberg, en su última visita a Buenos Aires. Viceministro con rango de secretario de Estado, Silberberg fue recibido por el funcionario argentino de su mismo rango: el recién nombrado vicecanciller Victorio Taccetti. La reunión también contó con la presencia del embajador argentino en Berlín, el lavagnista Guillermo Nielsen. Respetando los códigos de la diplomacia, la charla fue formal y amena en los primeros minutos. Pero Taccetti y Nielsen se atragantaron al final. El alemán reclamó por los tenedores de bonos de su país y exigió que se reabra el canje de deuda para los bonistas que no aceptaron la quita. Las exigencias no terminaron allí: sin edulcorar su retórica, exigió que la Argentina renegocie la deuda con el Club de París. No aclaró si prefería contado o tarjeta.
El acto de Néstor Kirchner en Ezeiza, donde inauguró la sede central del PJ en el distrito, encontró al gobernador Daniel Scioli sobre el escenario y en primera fila. No era el único invitado de fuste, pero la transmisión en vivo del canal de noticias C5N pareció entenderlo así. Mientras Kirchner daba su discurso, el canal de Daniel Hadad intercaló varias veces la imagen de Scioli mientras se escuchaban en off las palabras del ex presidente. Cada vez que lo enfocaron, el gobernador y vicepresidente 1º del justicialismo apareció en primer plano y con gesto adusto. En los primeros días de su gestión, Scioli y Hadad fueron el centro de varios rumores: se dijo que habían acordado un pacto de no agresión y que el acercamiento se había ratificado con el nombramiento de Claudio Zin en el Ministerio de Salud bonaerense. Zin es un ex columnista de Canal 9 y Radio 10, medios emblemáticos del Grupo Hadad.
Hablando de C5N, la semana pasada los estudios inaugurados en pleno Palermo Hollywood recibieron la visita sigilosa del embajador estadounidense, Earl Anthony Wayne. Hadad es un confeso admirador de los EE.UU., afición que en otros tiempos supo compartir con viejos amigos como el fallecido dirigente de Montoneros Rodolfo Galimberti, el self made man Jorge “Corcho” Rodríguez y el consultor en seguridad empresarial Frank Holder, ex agente de la CIA y ex socio de Luis Moreno Ocampo.
El acto quedó opacado por la jura del flamante ministro de Economía. Fue el sábado al mediodía, en el Palacio de Correos. El encargado de tomar los juramentos fue el ministro de Planificación, Julio De Vido. Y quienes prometieron actuar con lealtad y patriotismo fueron el ex ministro de Obras Públicas porteño Juan Pablo Schiavi y el ex senador salteño Marcelo López Arias. El primero juró como titular de la Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado y el segundo lo hizo al frente de Operadora Ferroviaria SE. El dato saliente fue la heterogeneidad de la concurrencia: además del staff completo de Planificación, estuvieron el ex jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman, el legislador macrista Diego Santilli, el ministro de Desarrollo Urbano de la ciudad, Daniel Chaín; el ex canciller Rafael Bielsa y su ex jefe de gabinete Eduardo Valdés, los gobernadores Sergio Urribarri (Entre Ríos) y Juan Manuel Urtubey (Salta), la ministra de Obras Públicas bonaerense Cristina Alvarez Rodríguez, el diputado Carlos Kunkel. Pluralidad, que le dicen.
La carrera por la conducción del PJ bonaerense ya tiene varios anotados. El vicegobernador y hombre fuerte de La Matanza, Alberto Balestrini, fue el primero en largar su propia campaña. Pero rápidamente salieron al ruedo otros competidores. Entre ellos, Julio Pereyra: el intendente de Florencio Varela retuvo el sillón de la Federación Argentina de Municipios y desde allí planea darle pelea a Balestrini. Otros quieren catapultar al ministro del Interior, Florencio Randazzo, como un “recambio generacional” para desplazar las “caras de la vieja política”; pero los sectores más ortodoxos levantaron la candidatura del diputado José María Díaz Bancalari para bloquearle el camino al ex delfín de Felipe Solá. No pocos auguran una dura pelea y desde el propio kirchnerismo ya piensan en el gobernador Daniel Scioli para evitar que la disputa se amplifique.
No habían pasado 24 horas de la renuncia de Martín Lousteau. Reunidos en torno de una mesa por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se sentaron a comer el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; la titular del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont; el senador Daniel Filmus, el vicepresidente del Banco Nación, Roberto Feletti; el economista Matías Kulfas y otros. Fue una de las primeras actividades organizadas personalmente por Fernández luego de que circularan versiones sobre su renuncia. Eso derivó en varias muestras de solidaridad y promesas de irse juntos si Fernández terminaba dejando su puesto. Las últimas semanas no fueron fáciles para el jefe de Gabinete: además de recibir duras críticas del gobernador de Chubut, Mario Das Neves, se lanzaron cuestionamientos a su conducción desde las filas del peronismo porteño.
“Usted está equivocada, diputada. Esto es un debate parlamentario, no un estrado judicial”, respondió con fastidio y algunos nervios Graciela Camaño. La diputada kirchnerista presidía la Comisión de Asuntos Constitucionales que debía aprobar un dictamen para el desafuero de Luis Abelardo Patti con el más amplio consenso político para que no fracasara en el recinto. Pero, no bien comenzó la reunión, ya había recibido la primera estocada: la diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich le pidió que se excusara de presidir la comisión porque era la hermana de Dante Camaño, el pattista que ocupó la banca del ex policía con el respaldo del Paufe. Graciela –esposa de Luis Barrionuevo– resistió el embate y no ocultó su bronca. Algunos colaboradores cercanos adjudicaron “la chicana” a viejas rencillas, fechadas cuando “la Piba” era ministra de Trabajo de Fernando de la Rúa.
Al Gobierno le llovieron críticas por la salida del ministro de Economía Martín Lousteau y por el manejo de la inflación. La que se llevó un premio a la originalidad en el rubro fue la legisladora de la Coalición Cívica Diana Maffia. La filósofa eligió citar un poema de Lewis Carroll –el autor de Alicia en el país de las maravillas– llamado “La caza del snark”, donde un capitán y su tripulación desembarcan en la tierra de los snarks, criaturas mitad tiburón y mitad serpiente. “Excelente lugar para el snark”, repitió tres veces el capitán para hacerles creer en esas criaturas. “Pareciera que nuestro gobierno tiene una extraordinaria confianza en el lenguaje: dejemos que Moreno nos repita los índices del Indec tres veces por mes y un futuro de estabilidad y bonanza nos espera”, ironizó la legisladora. Y eso que dicen que las comparaciones son odiosas.
Fue noticia cuando derrotó al mítico Manolo Quindimil, que gobernó durante 27 años el partido de Lanús. Pero, cuando asumió, se encontró con casi todo en contra, incluido gran parte del personal, que lo miraba con recelo después de tantos años de conducción manolista. Pero Darío Díaz Pérez parece ahora haber conseguido algo de cariño de los municipales: fue el primer intendente de la provincia en acordar la paritaria con el gremio, con un aumento jugoso: el 24 por ciento.
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