Jue 19.09.2002

EL PAíS  › UN DOCUMENTO PRUEBA QUE RUCKAUF PEDIA QUE SE REPRIMIERA ILEGALMENTE A TRABAJADORES

“Eliminar a los subversivos de la fábrica”

Un informe de la Mercedes Benz dice que el actual canciller les pedía a los directivos de esa empresa que eliminara a los subversivos. Fue durante un conocido conflicto gremial que comenzó durante el gobierno de Isabel Perón siendo Ruckauf ministro de Trabajo. Terminó en la dictadura, con 14 delegados desaparecidos. El documento fue agregado al Juicio por la Verdad en La Plata.

› Por Irina Hauser

Un informe de la empresa Mercedes Benz Argentina, de la que desaparecieron 14 operarios durante la dictadura, dice que el actual canciller Carlos Ruckauf fue uno de los funcionarios que en 1975, cuando era ministro de Trabajo, pidió “eliminar los elementos subversivos de las fábricas”. Ese y otros documentos fueron entregados ayer por la periodista alemana Gabriela Weber ante la Cámara Federal de La Plata, que sustancia el Juicio por la Verdad. También aparece comprometido al secretario general de SMATA, José Rodríguez, quien declaró ayer mismo ante el tribunal y sostuvo, como el año pasado, que se enteró sobre la desaparición de personas recién el la década del ‘80.
El reporte de la empresa automotriz alude a un conflicto laboral, de octubre de 1975, que terminó con el despido de 115 trabajadores que habían impulsado el paro. Entre los documentos entregados por Weber hay una carta del 19 de mayo de 1976 firmada por el entonces presidente de la casa matriz en Stuttgart, Hanss-Martin Schleyer. A ella adjuntaba un informe de la filial argentina que señalaba: “Los despidos mencionados eran pedido urgente del entonces ministro de Trabajo y de la dirección de SMATA, que ha pedido más despidos todavía. La actuación de la dirección (sic) de la empresa Mercedes Benz Argentina aclara que quería apoyar el esfuerzo del ministro de Trabajo y SMATA de eliminar elementos subversivos de las fábricas”. Aquella misiva estaba dirigida al titular de la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM), Eugen Loderer. Rodríguez tenía activa participación en esa Internacional.
“Los 14 obreros desaparecidos de la planta de Mercedes Benz de Cañuelas estaban en aquella lista de despidos. Yo hablé por lo menos con familiares de nueve o diez de ellos y me dijeron que era así”, dijo a Página/12 Weber, quien viene investigando las desapariciones en la Mercedes Benz desde hace años y ayer dio su testimonio por segunda vez. “Aquellos operarios secuestrados, además, formaban y/o estaban alineados con la comisión interna opositora con el gremio SMATA”, detalló la periodista.
La relación entre las empresas, el gobierno y los dirigentes sindicales tradicionales generalmente tendía a intentar “eliminar” a los delegados disidentes y esa política venía recrudeciendo desde unos dos años antes. El enfrentamiento político se traducía en despidos que terminaron integrando listas que usaron tanto la Triple A como los militares como blancos de su persecución.
“Rodríguez tenía en ese entonces dos frentes de conflicto. Uno era con aquella comisión interna disidente, y del otro lado lo tenía a Lorenzo Miguel”, describió Weber. “Pero él quería mostrarse como único representante y tenemos documentos bien interesantes que demuestran que semanas antes del golpe del ‘76 usó su carácter de vicepresidente de la FITIM para pedir a la casa matriz de Mercedes Benz que ordenara a sus gerentes que dejaran de negociar con la comisión interna. El mismo había pedido la intervención estatal de la empresa con el argumento de que los trabajadores estaban influidos por la subversión. La misma carta de Schleyer que presenté dice: ‘para demostrar las relaciones entre SMATA y Mercedes Benz Argentina hay que decir que el interventor sindical trabajaba hasta el cambio del gobierno en marzo de 1976 en una oficina que fue puesta a su disposición en la casa central’”, relató la periodista.
La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de la Plata recordó ayer que “el 6 de octubre, dos días antes de la huelga” que terminó con el centenar de despidos en la compañía automotriz, “Ruckauf firmó el decreto de aniquilamiento de la subversión que abrió las puertas a las Fuerzas Armadas para intervenir en la seguridad interior”.
El actual canciller aún no declaró en el Juicio por la Verdad. Ayer, cuando se presentó Rodríguez, el camarista Leopoldo Schiffrin lo interrogó, con la documentación en mano, sobre el pedido de “eliminar elementos subversivos”. El sindicalista contestó: “Ha pasado tantotiempo... hay detalles que no recuerdo”. Y como ya había dicho ante el tribunal el año pasado, insistió: “En el ‘76 no había desaparecidos, había detenidos. SMATA no tenía desaparecidos, tenía detenidos. Después, en el ‘77 ocurre lo de la Mercedes Benz”. También aseguró que durante la dictadura mantuvo la “conducción de SMATA desde la clandestinidad”.
El año pasado el sindicalista había sido citado a declarar por la desaparición de Esteban Reimer, quien integraba la comisión interna disidente. Esta vez pesaban sobre él las acusaciones del ex obrero de la empresa Ford, Pedro Troiani, quien declaró que Rodríguez “sabía muy bien que había gente desaparecida”.
La periodista alemana considera que “está clara la complicidad que existía entre Rodríguez y la empresa, mientras Ruckauf evidentemente actuaba desde el Ministerio de Trabajo”. Entre los documentos que entregó a la Cámara Federal de La Plata algunos mostrarían que “FITIM pagó en 1977 79.798 francos suizos a SMATA para abrir una oficina suya en Buenos Aires, incluido el salario anual del secretario general de SMATA y su suplente de la UOM, por 56.880 francos”, según explicó la investigadora. “También se preveían sumas para los años siguientes”, añadió. “Incluso hay otro informe de FITIM que señala gestiones con los militares, ya durante la dictadura, quienes autorizan a Rodríguez a seguir con su trabajo internacional”, informó Weber. Y recordó que a fines de julio declaró David Filk, ex director comercial de Mercedes Benz y dijo que “Rodríguez recibía dinero de la empresa”.
Los únicos dos sobrevivientes entre los operarios de la empresa que fueron secuestrados y torturados durante la dictadura, Juan José Martín y Héctor Ratto, señalaron ya el año pasado la complicidad de la Mercedes Benz en la desaparición de sus compañeros. Ambos relataron ante la Cámara de La Plata cómo fueron detenidos y torturados en dependencias de la policía bonaerense. En Nuremberg, la Justicia investiga el rol que jugó un ex gerente de la fábrica en los crímenes. El juicio que se sigue en La Plata busca conocer qué ocurrió con las víctimas y los victimarios. Ante los camaristas platenses el año pasado Weber recordó que “el Ejército argentino era el principal cliente de Mercedes, ya que les compraba los camiones Unimog”. Entre la documentación que acercó ayer a la Justicia, incluyó las respuestas que la casa matriz remitió a la fiscalía de Nuremberg. “No contestan para nada ninguna pregunta”, remató.

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