EL PAíS › TESTIMONIO SOBRE LOS SECUESTROS DE ESTUDIANTES SECUNDARIOS EN CORDOBA
En el juicio contra Luciano Benjamín Menéndez y siete de sus subordinados declaró ayer Piero Italo Di Monte, sobreviviente de La Perla. El defensor de uno de los represores fue apercibido por el tribunal por el trato que dio al testigo.
Piero Italo Di Monte fue secuestrado junto a su mujer en julio de 1976. Lo llevaron al centro clandestino de detención La Perla, donde lo mantuvieron privado de su libertad hasta marzo de 1977. Ayer, en el juicio oral a Luciano Benjamín Menéndez, habló sobre los estudiantes secundarios con los que compartió su cautiverio. “La vejación y la humillación eran normales. Había una chica de 17 años, Alejandra Jaimovich, que cuando llegaba la nueva guardia la obligaban a poner sábanas en una cama y la violaban sistemáticamente los que la habían secuestrado y los guardias de turno. A esa chica la iban a llevar al Buen Pastor, donde funcionaba la cárcel de mujeres. Pero no cumplieron.”
Di Monte fue el tercer sobreviviente en declarar en las audiencias que se realizan en Córdoba, en las que Menéndez es juzgado junto con otros siete represores del III Cuerpo de Ejército. Al inicio de su testimonio identificó a los militares, luego de lo cual Menéndez se levantó del banquillo y abandonó el recinto para permanecer en una sala contigua, tal como había hecho también en las jornadas anteriores.
El testigo contó que vio en La Perla a muchos estudiantes secuestrados. Recordó entre ellos a Leticia Huzinker y a su hermano Diego, a Luis Leiva y otros estudiantes secundarios del Colegio Manuel Belgrano. Por otra parte, Di Monte relató que su mujer, que estaba embarazada de cinco meses cuando los detuvieron, fue sometida a torturas pese a su estado de gravidez. Los dos sobrevivieron y hoy viven con tres hijos en Italia, donde él dirige un centro industrial.
“El error (de los represores) somos nosotros, los vivos”, opinó ayer. “Somos los únicos que pueden realmente denunciar lo que pasó. El problema es que teníamos que estar todos muertos, me duele por ellos, se equivocaron, tendrían que habernos matado. Yo les agradezco esos errores.”
En este proceso se ventilan los hechos en torno del secuestro, tortura y homicidio sufridos por Hilda Flora Palacios, su pareja Humberto Brandalisis, Carlos Lajas y Raúl Cardozo, militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores que pasaron por La Perla y fueron asesinados el 15 de diciembre de 1977. El testigo ya había recuperado la libertad cuando los cuatro jóvenes fueron llevados al centro clandestino de detención, pero su declaración fue solicitada para que contara cuál era la lógica represiva que imperaba en el lugar.
Los procesados con Menéndez son Hermes Rodríguez, Carlos Vega, Luis Manzanelli, Carlos Díaz, Oreste Padován, Ricardo Lardone y Jorge Acosta. Ayer, el abogado de este último volvió a ser apercibido por el tribunal por el trato que dio al testigo, a quien trató de “agente infiltrado”.
Acosta pidió hacer uso de la palabra y sostuvo que el secuestro de Di Monte y su esposa “fue fraguado”, porque era un “agente encubierto y las organizaciones terroristas iban a eliminarlo”. De inmediato el abogado de Hijos, Claudio Orosz, querellante en el juicio, rechazó los dichos del militar y reveló que esta táctica de ensuciar al declarante “ya ha sido utilizada en la causa Bruno Laborda por el mismo defensor con la testigo Cecilia Suzzara, y demostró ser falsa”. Orosz recordó además que Menéndez “declaró ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y consultado sobre el tema también lo negó”.
Los abogados de Acosta ya habían sido apercibidos en la audiencia anterior cuando intentaron incriminar a otra sobreviviente en los secuestros, al preguntarle si había “entregado” a un compañero del PRT.
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