La policía jujeña desalojó a los desocupados que habían tomado la Municipalidad de La Quiaca para reclamar mejores condiciones sociales y alimentarias. El aumento de los planes de empleo de 150 a 500 pesos, más mercadería para los comedores, la extensión del tendido de agua potable, la realización de mejoras en los caminos y la reincorporación de trabajadores a la intendencia eran algunos de los pedidos que estaban realizando cuando fueron sacados del edificio por un operativo que dejó siete heridos. Tras el desalojo, los manifestantes permanecían en la plaza de La Quiaca haciendo una huelga de hambre. El comisario Nicolás Paredes confirmó que hay una orden de detención contra el sacerdote Jesús Olmedo, quien encabeza las protestas de la multisectorial, y otras personas.

El cura y su hermano, el obispo de Humahuaca Pedro Olmedo, participaron del reclamo con el que buscaban que el jefe comunal Daniel Suárez, del PJ, gestionara los pedidos, pero el intendente los denunció y el juez Jorge Alvarez Prado ordenó el desalojo. El obispo terminó siendo uno de los afectados por los gases lacrimógenos, mientras que Jesús Olmedo recibió dos balazos de goma. Por la tarde, el sacerdote se instaló con una carpa en la plaza, donde se sumó a la huelga de hambre.

Los reclamos son impulsados por organizaciones reunidas en una multisectorial. “Es una zona desfavorable en cuanto al clima y la tierra; acá no hay industrias y la desocupación llega al 40 por ciento. La inflación que hubo desde el conflicto entre el Gobierno y el campo nos afectó más a los más desprotegidos; por eso estamos pidiendo que se declare la emergencia social y alimentaria”, dijo Elio Molina, de la Corriente del Pueblo. Molina agregó que la multisectorial es amplia y suma distintos reclamos, desde la provisión de alimentos y calefacción en las escuelas a la mejora de los caminos o la instalación de cloacas.

Tras el operativo policial, el gobernador de Jujuy, Walter Barrionuevo, habló con los medios en el brindis por el Día del Periodista. Aseguró que en el desalojo “no hubo represión sino que se dio una circunstancia lógica de forcejeos y empujones porque la gente no accedió tan fácilmente a salir”. Barrionuevo sostuvo también que “la situación está controlada”. Sin embargo, Jesús Olmedo criticó al gobernador por “minimizar lo que pasó en La Quiaca”. “El hambre, la desocupación, la falta de futuro y el porvenir de los niños no se deben minimizar”, dijo en su réplica. Días atrás, el obispo Pedro Olmedo y los sacerdotes de la región escribieron un documento titulado “Y la pobreza, ¿para cuándo?”, en el que expresaron su “grave preocupación por la grave situación de pobreza, desocupación y desamparo en general que está sufriendo la mayor parte de la gente en el norte de la provincia de Jujuy y en los valles cordilleranos salteños”. El documento reclamó una solución para “el problema así llamado del campo”; pero advirtió que “el árbol nos está impidiendo ver el bosque”.