EL PAíS
De cómo recortar las piezas del rompecabezas electoral del Gobierno
El presidente Eduardo Duhalde admitió ayer ante la Red Bandeirantes de Brasil que si la Justicia impide la realización de las internas abiertas, las elecciones generales se podrían adelantar “aunque no mucho”. El Gobierno espera que la Justicia decida y viceversa.
› Por Raúl Kollmann
El presidente Eduardo Duhalde le dijo ayer a la Red Bandeirantes de Brasil que si existe un fallo judicial que bloquee las internas abiertas, las elecciones generales se adelantarían, aunque no mucho. Eso sí, Duhalde advirtió que el Congreso deberá decidir lo que hasta ahora es un interrogante: cómo van a hacer los partidos para seleccionar a sus candidatos presidenciales. La increíble maraña que armaron entre el Gobierno, los candidatos, el Congreso y la Justicia puede producir las siguientes alternativas de cara a las elecciones:
1 Hay internas abiertas: La jueza electoral María Servini de Cubría tiene numerosos planteos contra los padrones y las internas. Por ejemplo, que los padrones son truchos o que la ley de internas abiertas se mete inconstitucionalmente en la vida de los partidos. Por ahora, Servini no se expidió y ella tiene antecedentes de haberse demorado mucho en tomar decisiones electorales porque prefiere que los problemas políticos los arreglen los políticos. Si eso es así, las internas abiertas se convertirían en una especie de destino que casi nadie quiere pero que avanza inexorablemente.
De un lado, en el justicialismo existe la convicción de que Adolfo Rodríguez Saá no va a arriesgar sus posibilidades electorales en una interna en la que no domina los principales distritos: Capital, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Néstor Kirchner, otro postulante en ascenso, ya ha dicho que la interna es trucha y es un hecho que no participará. Con esos datos a la vista, la competencia se daría principalmente entre Carlos Menem y José Manuel de la Sota y ambos candidatos del PJ ven en la interna una posibilidad de remontar su alicaído barrilete. Supuestamente, en esa interna Menem es el favorito, por lo cual en la Casa Rosada ya el asunto no les gusta nada. O sea que ni el Gobierno ni Rodríguez Saá ni Kirchner quieren la interna, pero lo cierto es que no saben cómo deshacer el entuerto si no hay un fallo judicial salvador.
2Llega el fallo salvador: Esta alternativa es la que está esperando el Gobierno y podría venir de la mano de Servini o de otros jueces electorales provinciales que también podrían meterse y dictar fallos, aunque hay dudas sobre si tienen competencia o no. En la Justicia dicen que hay unas 30 presentaciones –sólo cuatro ante Servini– y que la mayoría han sido alentadas por la Casa Rosada a través de los más distintos personajes. La expectativa es que con tantas perdigonadas, algún proyectil dé en el blanco y haya un juez que haga el favor. De inmediato habrá otro obstáculo, la Cámara Nacional Electoral, que hasta ahora no aceptó mamarrachos, pero el Gobierno evitaría una apelación para esquivar a la Cámara. Aquí es donde entra la definición de ayer de Duhalde en la televisión brasileña: “Se adelantarían las elecciones, aunque no mucho”. En verdad, las encuestas muestran que gran parte de la sociedad cree que debería votarse antes y que el traspaso del poder a fines de mayo se asemeja a una eternidad insoportable. En el Gobierno dicen que hacer las elecciones generales en diciembre, el 14 la primera vuelta y el 29 la segunda, es imposible, pero sugieren que se podría entregar el poder en la primera semana de marzo.
3Se necesita una ley: Como señaló ayer Duhalde y explicó el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, si la Justicia bloquea las internas, el Congreso deberá intervenir sí o sí. Esto ocurre porque existe una ley de internas abiertas ya votada, promulgada y reglamentada, de manera que si la Justicia sostiene que con los padrones actuales la interna no se puede hacer, al menos deberá salir del Congreso una ley que diga “por esta vez las internas abiertas no se harán”.
4La alternativa Romero: Si el Parlamento efectivamente saca una ley anulando por única vez las internas, de todas maneras los partidos tendrán que seleccionar sus candidatos. Por ejemplo, el PJ, la fuerza favorita,debe convocar a un congreso y decidir si hace una interna como las que ha hecho siempre o si adopta la llamada solución Romero, es decir que los distintos candidatos –Rodríguez Saá, Kirchner, Menem, De la Sota, Bordón y Romero– se presenten directamente a la elección general, sin interna previa, y el partido se compromete a apoyar al que logre los votos suficientes para llegar al ballottage. Esto tiene una ventaja y una desventaja para el justicialismo. La principal contra es que el partido aparecerá disgregado en las elecciones y los diferentes candidatos no sumarán a un total del PJ que le garantizarían una llegada segura a la segunda vuelta. Para dar un ejemplo, si Rodríguez Saá saca el 15 por ciento de los votos, Kirchner el 10, Menem el 10 y los demás todavía menos, y si Carrió saca el 17 y Zamora el 16, estos dos irían al ballottage. Es una variante casi imposible, pero existe. También puede suceder lo contrario, que dos candidatos del PJ sean los que más votos saquen en primera vuelta y que el ballottage sea entre dos justicialistas.
5La Ley de Lemas: Del Congreso también podría salir la llamada solución Gerardo Conte Grand que es prácticamente una ley de lemas. Consistiría en que todos los candidatos se presentan a la elección general, pero se suman los votos por partido. O sea que los apoyos de Kirchner se suman a los de Rodríguez Saá, a los de Menem y demás candidatos justicialistas. Se toma entonces en cuenta el total de votos del PJ, el total de votos de la UCR, del ARI, de Izquierda Unida y las otras fuerzas. Al ballottage van los candidatos más votados de los dos partidos más votados. Esta alternativa tiene también ventajas y desventajas. Para el PJ significa asegurarse un hombre en la segunda vuelta porque la sumatoria lo ubicará, casi con toda seguridad, en el primer lugar. Las desventajas son dos. La primera es político-moral: sumarle a Menem los votos de Kirchner o a Kirchner los votos de Menem es falsificar el espíritu del votante. La otra desventaja seria es que un juez puede considerar esta alternativa inconstitucional, algo que ya han manifestado buena parte de los constitucionalistas.
Como se ve, el dado está en el aire y puede salir cualquier número. El berenjenal que se armó no tiene fácil solución. Las internas están en marcha, hay una ley que las avala, pero no las quiere nadie y existen dudas sobre el padrón. Por ahora, no hay juez que frene este proceso y, además, después habrá un traumático paso de todo el asunto por el Congreso. La maraña es inmensa, difícil de aclarar, la población no entiende nada y, encima, para cualquier mirada internacional todo se parece bastante a un papelón.