EL PAíS
El peronismo y la oposición tratan de romper el eterno empate técnico
El peronismo no consigue el quórum para cajonear el juicio político. La UCR y el ARI pretenden contragolpear y enviar el dictamen a comisión. Puede ser un día definitivo. Puede ser...
› Por Felipe Yapur
Todos los sectores involucrados en el juicio político a la Corte Suprema aseguran que hoy es clave. Y así lo será si buena parte de la oposición –radicales, ARI, izquierda y un sector del justicialismo– logra imponer en la agenda de la sesión prevista para esta tarde un pedido de retorno a la comisión del dictamen acusatorio. Todo indica que el PJ resistirá la propuesta e insistirá con su rechazo al juicio a los supremos para garantizarles la impunidad. Anoche, ambas fracciones contaban sus votos uno por uno. Por ahora se saben empatadas y las negociaciones para torcer voluntades no se detendrán hasta el mismo momento en que dé comienzo la sesión.
La estrategia consensuada por los integrantes de la comisión más el bloque radical, el ARI y una quincena de justicialistas gira alrededor de la nota que el santacruceño Sergio Acevedo le entregó ayer al presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño. En el texto el justicialista santacruceño funda su pedido “en razón de no estar dadas las condiciones institucionales para el tratamiento de un tema de tanta trascendencia para la República”. Con esto se pretende que el voluminoso dictamen no sea rechazado por el oficialismo.
A diferencia de lo que sucede con el pedido de preferencia del PJ que provocó la caída de la sesión de la semana pasada, la oposición pretende ganar la partida antes de llegar al recinto. Esto significa que se debata en la reunión de Labor Parlamentaria, el ámbito donde se acuerda la agenda del día. Si logran incluirla con el beneplácito de la mayoría de las representaciones políticas en el Congreso, descuentan entonces que todo estará listo para que el dictamen no sea tocado por el oficialismo que pugna por archivarlo y garantizar de una vez por todas la impunidad de los supremos.
Esto se definirá inmediatamente después de que Camaño abra la sesión, ya que debe poner a consideración el plan de la Labor.
Hasta allí la teoría. Ahora bien, ni los justicialistas ni la oposición las tienen todas consigo. El PJ, por caso, sabe que tiene un límite. En las dos sesiones especiales que impulsó apenas logró sentar a 80 diputados de los 118 que tiene el bloque. Asimismo, son conscientes de que entre los que se sentaron en esas sesiones hay al menos media docena que pretende la destitución de los supremos. Anoche, el propio presidente Eduardo Duhalde se encargó de intentar disciplinar a la tropa. Durante el encuentro que mantuvo con un centenar de diputados les dijo que “no se puede mantener a la Corte en la banquillo de los acusados de manera indefinida”. Más claro, imposible.
En el arco opositor tampoco son todas rosas. Hay desconfianza entre los seguidores de Elisa Carrió y la UCR. Los primeros dudan de la convicción de sus pares radicales y temen que algunos puedan cambiar su posición una vez que estén sentados en sus poltronas. Pero al mismo tiempo consideran que no pueden dejar solo a Acevedo: “Fue siempre leal”, reconoció un estrecho colaborador de Carrió. La conducción del bloque de la UCR, encabezada por Horacio Pernasetti, jura que ninguno de sus hombres y mujeres traicionará la decisión del Comité Nacional. Sin embargo, todos saben que hay una decena de radicales que ya expresó su deseo de debatir el juicio a la Corte, aunque por ahora dicen que no lo harán porque respetan la disciplina partidaria. Habrá que ver.