EL PAíS › RODRIGUEZ SAA, CAPITANICH Y ALPEROVICH EN LAS COMISIONES DEL SENADO
El puntano antikirchnerista intentó sembrar sospechas sobre los motivos para votar a favor de las retenciones móviles a las exportaciones agrarias. Los gobernadores de Chaco y Tucumán defendieron la propuesta del Gobierno.
› Por Miguel Jorquera
Tres gobernadores llevaron sus posiciones al plenario de las comisiones de Agricultura y Presupuesto del Senado. El chaqueño Jorge Capitanich y el tucumano José Alperovich defendieron con distintos argumentos la postura del gobierno nacional. Con su sorpresiva irrupción, el puntano Alberto Rodríguez Saá ocupó el lugar opositor que dejaron vacante las anunciadas ausencias del santafesino Hermes Binner y el cordobés Juan Schiaretti. “El Alberto” desplegó todos los argumentos volcados en su presentación judicial “por la inconstitucionalidad” de las retenciones, cargó contra el Gobierno y puso bajo sospecha el debate en la Cámara alta cuando trazó elípticamente una semejanza del tratamiento parlamentario por las retenciones móviles con la llamada ley Banelco durante la gestión delarruista. Los senadores kirchneristas Silvia Gallego y Daniel Filmus salieron al cruce de las acusaciones del puntano. Los entredichos cerraron el debate y la posibilidad de formular preguntas.
El gobernador puntano fue el primero en hablar y salió con los tapones de punta contra el Gobierno. Rodríguez Saá repasó su larga historia parlamentaria –casi vitalicia mientras gobernó su hermano– y narró varias anécdotas, pero puso énfasis en una de ella. “La geografía está cambiada”, dijo como metáfora para mencionar cuando el camionero Hugo Moyano frente a todos los senadores “que agacharon la cabeza” afirmó que el “ministro de Trabajo le aseguró que el voto de los senadores oficialistas los tenía asegurado con la Banelco”, para describir cuál sería el comportamiento de los legisladores de la Alianza en la votación sobre la reforma laboral propuesta por Fernando de la Rúa. Luego insistió que se estaba frente a la “misma película: la gran estafa”, para poner bajo la misma sospecha el debate por las retenciones.
El paralelo no cayó bien entre los radicales que firmaron un mismo dictamen junto a la senadora puntana que responde a los Rodríguez Saá, Liliana Negre de Alonso (ver aparte) y provocó la repulsa del kirchnerismo. “No voy a permitir que mañana aparezcamos todos en los medios nacionales como sospechados ni que se ponga en duda mi honorabilidad”, dijo ofuscada contra el puntano, la senadora pampeana Silvia Gallego. Filmus también regresó al plenario para responder –apoyado en recortes periodísticos y el “agradecimiento” del propio gobernador por su colaboración para solucionar el problema– después de que el gobernador lo acusó de “incendiar” San Luis “provocando” un conflicto con los docentes, cuando era ministro de Educación. “Ustedes lo provocaron”, le gritó desde su asiento “El Adolfo” en auxilio de su hermano.
Antes Alberto, desplegó todos los argumentos jurídicos volcados en la denuncia presentada por San Luis ante la Corte Suprema contra las retenciones, que su gobernación convirtió en libro con una tapa que lleva una ilustración de Molina Campos de un gaucho a caballo. Bien telúrico. También instó a los senadores a “sacar la mejor ley porque votar por sí o por no, como propone el Gobierno, no termina con el conflicto”.
Alperovich fue el segundo de la lista. El gobernador kirchnmerista planteó su preocupación por las fuentes de trabajo y comparó el cierre de los ingenios tucumanos durante la dictadura de Juan Carlos Onganía con la sojización de su provincia. Dijo que la decisión de la dictadura obligó a emigrar a 500 mil tucumanos sobre una población de poco más de un millón y medio, mientras que la expansión sojera eliminaría 70 mil puestos de trabajo. Luego completó los números: 270 mil hectáreas de soja generan sólo 4000 empleos, en tanto una cantidad similar de hectáreas que componen los cultivos de azúcar, cítricos, arándanos y frutilla son casi 140 mil puestos de trabajo.
El gobernador tucumano también repasó la importante rentabilidad de los productores sojeros, y dijo que (Carlos) Reutemann y (Roberto) Urquía, “que conocen del tema”, se lo podían confirmar. El Lole le pidió que hable de la productividad “de los pequeños y medianos y no de los pools sojeros”, mientras hacía gestos con sus dedos índice y pulgar para argumentar que él es un “pequeño” productor. Sin embargo, tanto Alperovich como Capitanich saludaron cordialmente a Reutemann antes de irse.
Capitanich fue el último en exponer con argumentos más técnicos y económicos que dividió en los contextos “internacional, de la Argentina y provincial”. Repasó los constantes aumentos en los mercados internacionales de los precios de los commodities y se explayó sobre la política fiscal, monetaria y cambiaria del Gobierno. Y esgrimió este último punto como una política que “genera competitividad industrial y agropecuaria”, en donde este último sector “es el más favorecido”.
Después defendió las retenciones móviles “que capturan parte de la renta extraordinaria para la redistribución del ingreso”, pero que también “disminuye” cuando los precios bajan, favoreciendo al productor. Aunque, también reconoció que “hacen falta otras medidas” y mencionó las leyes de arrendamiento rural y emergencia agropecuaria que la Cámara baja tratará en el recinto el próximo martes.
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