Mar 15.07.2008

EL PAíS  › FABIáN RíOS, TITULAR DE LA COMISIóN DE PRESUPUESTO DEL SENADO, ADELANTA EL DEBATE

“Puja por la rentabilidad sojera”

Asegura que el oficialismo conseguirá la aprobación del proyecto de retenciones móviles sin modificaciones. Plantea la necesidad de acordar una política agropecuaria de mediano plazo con el sector.

› Por Sebastián Premici

El titular de la Comisión de Presupuesto del Senado, Fabián Ríos (FpV, Corrientes) comandó durante la semana pasada –junto a Silvia Giusti, titular de la Comisión de Agricultura– el debate sobre la media sanción de la resolución 125. En una entrevista con PáginaI12 aseguró que cuatro de los siete legisladores que hasta ayer se mostraban indecisos votarán por el proyecto oficial y que, luego del conflicto por las retenciones, otros sectores comenzarán a disputar por su rentabilidad.

–A un día de la votación en el Senado, ¿cómo está parado el bloque oficialista?

–Creo que estamos bien posicionados. Por el orden que tuvieron las reuniones en los plenarios de las comisiones de Agricultura y Presupuesto, los senadores pudieron apreciar bien qué es lo que se está discutiendo en este conflicto. Estamos transitando un contexto donde 80.000 productores del polo sojero reclaman por su rentabilidad, lo que no quiere decir que no sea legítimo. Pero nos dimos cuenta de que por fuera de este conflicto –y de la resolución 125– están los 200.000 verdaderos pequeños productores a los que hizo referencia Carlos Cheppi, titular del INTA, el día que vino a la comisión. Esos son los pequeños productores que terminan poniendo los alimentos en la mesa de los argentinos y que por ahora no son parte de este escenario, pero que deberán ser atendidos de ahora en más. Tanto las discusiones en el Senado como en Diputados sirvieron para determinar quién es quién en esta disputa.

–¿Quedó claro el motivo de las retenciones móviles?

–Desde que comenzó la crisis inmobiliaria en Estados Unidos, los inversores se volcaron a los commodities como la soja, lo que hizo aumentar su cotización internacional, entre otros factores. Pero cuando estos capitales encuentren otras inversiones, seguro que el precio de la oleaginosa bajará y ahí es donde tendrá incidencia la movilidad de las retenciones. Por lo tanto, también quedó claro qué es lo que significa la palabra sojización. Con el avance de la soja, los pequeños productores tuvieron que cambiar su forma de vida. El que tradicionalmente plantaba lechuga tuvo que empezar a pensar en quintales de soja, porque en esa medida le cobraban el alquiler de la tierra. La relación del precio de la tierra avanza en función del precio internacional de la soja. Todos estos temas surgieron de las discusiones en ambas cámaras.

–¿Cómo viene el conteo de los votos?

–Vamos a tener mayoría. Me molestó incorporar al debate las palabras del gobernador de San Luis (Alberto) Rodríguez Saá, quien dijo que esta votación tiene semejanzas con la Ley Laboral (por la famosa Banelco). Cuando en realidad, del otro lado, también hay motivos económicos y capitales muy fuertes que ayudan a que muchos senadores estén en contra del proyecto oficial. Por lo que hace a nuestros votos, no veo que haya ningún factor sorpresa. De los indecisos, algunos creo que votarán con nosotros (entre ellos serían el catamarqueño Ramón Saadi y la formoseña Adriana Bortolo-zzi de Bogado).

–¿Qué les preocupa de cara al miércoles?

–Me preocupa que respetemos las reglas de juego. Casi en coincidencia con el gobierno nacional y por pedido del sector agropecuario, este tema está en el Congreso. Por lo tanto hay que aceptar, en el juego de la democracia, el resultado de la votación. Si en el Senado se ratifica la media sanción de Diputados, me preocupa que no sea respetada, más allá de las otras vías que puedan abordarse, como la judicial.

–¿Por qué se puso el tope del 31 de octubre para recibir las compensaciones?

–El gobierno nacional invitó al sector agropecuario a sentarse en una mesa para acordar diferentes políticas de largo plazo. Si se alcanzan estos acuerdos antes del 31 de octubre, bienvenido sea, y se modificará el escenario de acuerdo a esas negociaciones. En caso de que no se llegue a ningún acuerdo, la modificación de la resolución 125 es un piso. El nivel de información que manejó el Gobierno desde el inicio del conflicto no fue el adecuado, por lo tanto están quedando en el tintero muchas cosas, como el tema de la carne.

–Hubo críticas sobre el valor de base para otorgar las compensaciones. ¿Cómo quedó este tema?

–Quedó absolutamente cerrado. Los valores de las retenciones se fijan según los valores FOB (es decir los precios internacionales) y los reintegros también. Esto requeriría dar marcha atrás con una resolución de la Oncca, pero con el mismo texto de la resolución 125, ese punto queda automáticamente derogado. Yo me quedo con las palabras de (Eduardo) Buzzi, que en su análisis de la media sanción de Diputados dijo que si la plata (por los reintegros) llega, será un buen mecanismo. La oposición pidió la participación de algunos economistas (Javier González Fraga y Alieto Guadagni), que dejaron en claro que había que eliminar las retenciones. Pero este no es el escenario que estamos manejando, no estamos permitiendo la discusión sobre el modelo económico.

–¿Qué se está discutiendo, entonces?

–Es una puja por la rentabilidad del sector sojero, que sin duda de-sembocó en una disputa política. Pero hay cosas que no están siendo expresadas a los productores, que son centrales de la política económica y que las entidades no lo dicen. Para los exportadores es fundamental el tipo de cambio alto, algo que no se logra por arte de magia. El exportador liquida divisas en dos o tres momentos del año y el Estado las absorbe con un poco de emisión monetaria, mientras que el grueso se hace con superávit fiscal. Sin superávit, no se podría mantener el tipo de cambio favorable para los sectores industriales y exportadores.

–¿Qué etapa política se abre luego del miércoles?

–Este no será el último conflicto donde se discuta la rentabilidad de un sector, puede ser el que haya tomado mayor estado público pero no será el último. La puja sindical continuará. Algunos sectores industriales también empezarán a reclamar por sus intereses. Lo que no podemos aceptar desde el Estado es que cualquier disputa sectorial, que no termine a favor de los interesados, se canalice con cortes de rutas y lockouts patronales. Los conflictos que vendrán deberán administrarse de mejor manera que lo realizado hasta ahora.

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