EL PAíS
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Por Eduardo Aliverti
Las siguientes son dos noticias que no merecieron mayor repercusión pública, y mucho menos interrelación. En ambos casos, se trata de datos oficiales. Unos provenientes del Indec y los restantes del Congreso de Estados Unidos. La balanza de pagos muestra que entre enero y junio de este año, por vencimientos de deuda externa y salida de capitales, se perdieron todos los dólares ganados con las exportaciones. Dicho de otro modo y en números redondos, entre lo que importó y lo que exportó la Argentina tuvo un saldo a favor de casi 8500 millones de dólares. Pero pagó mas de 4 mil por la deuda a pesar del default, y encima salieron del país otros 8500 millones en concepto de fuga de capitales. La diferencia la afrontó el Banco Central con sus reservas.
El segundo dato está contenido en el documento titulado “La estrategia para la Seguridad Nacional de Estados Unidos”, que el presidente Bush envió la semana pasada al Congreso. Se señala allí que la Argentina ya no es importante como aliado estratégico de Estados Unidos, y que las prioridades en el hemisferio, por diferentes razones, las constituyen México, Brasil, Canadá, Chile y Colombia. La Argentina continúa así desangrando su riqueza en beneficio de un poder internacional, de carácter político, económico y financiero, con base preeminente en EE.UU., para el que ni siquiera reviste ya mayor trascendencia. No sorprende pero sí indigna que cuestiones estructurales semejantes no figuren, directamente, en la agenda y los discursos de los candidatos y partidos con chances electorales. Estamos hablando nada menos que de qué hace este país con las divisas que genera en función de cuál relación con qué parte del mundo para distribuir su riqueza entre quiénes. Ese lugar vacío lo ocupan las exigencias de mano dura contra la delincuencia de guante chico, los ruegos por la aparición de algún salvador de la Patria, el deporte gratis de pegarles a los políticos y por cierto de la complicidad de la inmensa mayoría de éstos con actitudes que acrecientan el asco cada día. Obsérvense estos días, con todo el Gobierno en peregrinación hacia Santa Fe para que el Menem blanco que gobierna esa provincia revea su decisión de no candidatearse; con los radicales esperando otro tanto para colarse en una alianza con el PJ que disimule su desaparición y con el ARI al arbitrio de las invocaciones divinas de su creadora.
Dime de qué discutes y te diré cómo te va.