La visita relámpago que realizó ayer el presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, cumplió con una de los costumbres protocolares de todo candidato triunfante: entrevistarse con los mandatarios de los países prioritarios para la política exterior como gesto previo a la asunción. Pero la visita del obispo alineado con la Teología de la Liberación, a quien ayer el Vaticano dispensó de los votos religiosos (ver aparte), también tuvo otros objetivos. Más contantes y sonantes. En su reunión con la Presidenta, en la Casa Rosada, Lugo confirmó su intención de obtener mejoras para Paraguay en los contratos de provisión de energía. También se habló de la futura suba del nivel de cota de Yacyretá. Según los funcionarios de la Rosada, la suba incrementará la producción de electricidad y permitirá abastecer las crecientes demandas energéticas de la Argentina. La agenda internacional de CFK seguirá la semana próxima con dos visitas estridentes: la ya anunciada de Luiz Inácio Lula da Silva y otra que se estaba guardando bajo siete llaves: el lunes a la noche aterrizará en la base militar del aeroparque nada menos que Hugo Chávez.

La Presidenta recibió al paraguayo Lugo luego de entrevistarse a solas y sin fotógrafos con el vice Julio César Cleto Cobos. A juzgar por los funcionarios de la Rosada, las dos reuniones tuvieron climas opuestos: si con Cobos predominó fue un diálogo “serio” y “sin adjetivaciones” (Sergio Massa dixit), con el presidente electo de Paraguay el tono de la conversación fue amigable y con guiños cómplices. Lugo le contó a CFK que estaba muy contento por haber recibido la dispensa de los votos del Vaticano y también por conocerla. Distendida tras la hermética entrevista con Cobos, la mandataria le prometió que asistirá a su asunción, prevista para el 15 de agosto, para lo que deberá dejar el mando en manos de su segundo. En el diálogo ambos bromearon sobre el perfil de los presidentes de Sudamérica, que vive desde hace años un giro a la izquierda. “Son tiempos muy lindos”, coincidieron.

Lugo entró al despacho de CFK con parte del que será su gabinete. Lo acompañaban su futuro canciller, el ex embajador paraguayo en Líbano Alejandro Hamed Franco y quien ocupará la Secretaría General de la Presidencia, Miguel López Perito. La Presidenta lo recibió junto al ministro de Planificación, Julio De Vido, el vicecanciller Victorio Taccetti, el subsecretario de Política Latinoamericana, Agustín Colombo Sierra, y el embajador argentino en Asunción, Rafael Romá. La presencia de De Vido obedecía a un dato no menor. Como en su momento hizo Evo Morales con el gas boliviano que se exporta a Brasil y Argentina, Lugo también pretende obtener más recursos para su país a partir de las represas hidroeléctricas ubicadas en territorio paraguayo. Lo de ayer fue apenas una aproximación al eje del debate. En la charla se acordó que la negociación quedará en manos de los equipos técnicos del Ente Binacional Yacyretá (EBY).

Los puntos básicos de la negociación son la suba del nivel de cota de Yacyretá, que actualmente está en 78,5 metros (la Argentina pretende subir hasta 82 o 83 metros para incrementar la producción de energía). Para poder subir la cota de la represa, Paraguay debe terminar una serie de obras públicas que están en pleno desarrollo. Las obras consisten en la relocalización de pobladores, el pago de subsidios para facilitar mudanzas y el levantamiento de nueva infraestructura. Además de conversar sobre provisión de energía, en la reunión se repasó la situación del millón de paraguayos que residen en la Argentina: la mayoría fueron regularizados a través del programa Patria Grande, que depende del Ministerio del Interior.

En otra de sus actividades como mandatario electo, Lugo asistió en mayo a la cumbre Unión Europea-América latina, en Lima. Cuando se encontró con Lula, que participaba del encuentro de presidentes, el paraguayo le adelantó su intención de renegociar un mejor precio por la electricidad que provee la represa de Itaipú. La negociación del suministro de energía es un tema que inquieta al gobierno brasileño. El domingo, cuando Lula aterrice en Buenos Aires junto con una comitiva de 300 empresarios, tendrá una oportunidad para intentar acordar estrategias conjuntas en la materia. El lunes, Lula compartirá una conferencia con CFK ante un auditorio compuesto por mil hombres de negocios: 700 argentinos y 300 brasileños. La agenda internacional se completará el lunes a la noche, cuando Chávez llegue al Aeroparque. La visita se está organizando con cierto sigilo: el bolivariano tiene previsto visitar el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y firmar convenios para comprar maquinaria agrícola.

Lo más importante, sin embargo, será la foto conjunta de Lula, Chávez y CFK. Una foto que la Presidenta podrá exhibir como un fuerte gesto de apoyo en tiempos difíciles.