Sáb 02.08.2008

EL PAíS  › NUEVOS CRUCES ENTRE ARGENTINA Y BRASIL POR LAS DIFERENCIAS COMERCIALES

Lula aterriza en pista resbaladiza

La Presidenta destacó en un acto la postura argentina en la OMC, donde se cruzó con Brasil. El canciller Amorim había explicado las diferencias en que su país no podía quedar preso de Argentina. En medio, mañana llega Lula.

› Por Fernando Cibeira

Solapada, la tirantez generada entre Argentina y Brasil por las diferentes posturas que sostuvieron durante la reciente reunión de la Ronda de Doha, en Ginebra, se mantiene, a horas nomás de que Luiz

Inácio Lula da Silva aterrice en Buenos Aires encabezando la más numerosa delegación de empresarios de su país que se recuerde. Luego de que el canciller Celso Amorim justificara sus diferencias en Ginebra con el argumento que “Brasil no podía quedar preso de la postura argentina”, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió ayer en público la posición de su gobierno y deslizó un mensaje hacia Brasilia: “Sabemos que las relaciones de fuerza entre los poderosos y los países emergentes son difíciles”. El canciller Jorge Taiana, en tanto, consideró que la postura argentina fue “más realista” que la de su colega Amorim.

La Presidenta quedó entusiasmada con la postura argentina en la Ronda de Doha, el encuentro de ministros que se reúnen para negociar la liberalización del comercio mundial y que en la semana volvió a fracasar por la diferencia de criterios entre países desarrollados y emergentes. Lo sorprendente de Brasil fue que de natural líder emergente en medio de la Ronda pasó a aceptar la propuesta de los desarrollados, insuficiente para, por ejemplo, el criterio de subsidios agrícolas y aranceles industriales que plantea el G-20 que integra junto a Argentina, India y Sudáfrica.

Brasil, entendían en la Cancillería argentina, quiso convertirse en factótum de un acuerdo que finalmente ninguno de sus compañeros de ruta suscribió, con lo que quedó en una fea posición. El influyente diario Folha do Sao Paulo consideró en una editorial una “cuchillada por la espalda a la Argentina” la voltereta. Cuestionado, Amorim se justificó. “Sabíamos que había una diferencia de posición con Argentina. Pero no podíamos quedar presos de las posturas argentinas. Pensamos que tal vez podíamos encontrar una solución específica para los problemas del gobierno argentino que tal vez se pudiera resolver en el Mercosur”, dijo al diario paulista.

En la Cancillería argentina analizaban la delicada posición en la que había quedado ahora Amorim. Planteado como un quiebre en el frente del Mercosur, ya habían salido empresarios de San Pablo a pedir que Brasil analizara de una vez la posibilidad de firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos. Intereses que encontraron el resquicio para salir a flote. Cristina Kirchner había destacado lo hecho por su gobierno en la OMC el jueves durante el encuentro que mantuvo con la CGT. Los gremialistas le dijeron que si hubiera aceptado la propuesta de los países desarrollados muchos argentinos se habrían quedado sin empleo. Ayer, en el acto en San Martín, la Presidenta levantó el tema. “Necesitamos que nuestra industria siga desarrollándose para generar más trabajo, por eso las posiciones que fuimos a defender a la OMC, donde sabemos que las relaciones de fuerza entre los poderosos y los países emergentes son difíciles”, sostuvo. Aclaró que la restrictiva postura argentina no significaba cerrarse al mundo. “Al contrario, queremos abrirnos pero no abandonar nuestro proyecto propio de productor con valor agregado”, añadió.

Los dos negociadores argentinos en Ginebra –Taiana y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía– se presentaron ayer ante corresponsales extranjeros y conversaron del tema. “No se logró esa flexibilidad mayor que se esperaba de parte de los países desarrollados, y por lo tanto no se pudo acordar”, explicó el canciller. Hubo una pregunta expresa sobre las diferencias de criterio con Brasil, sorprendentes si se tiene en cuenta que ambos países comparten una unión aduanera como el Mercosur. “Esa fue nuestra visión, una visión más favorable a alcanzar un acuerdo, y a nuestro entender, más realista”, puntualizó.

Lula llega mañana a media tarde y a la noche cenará en Olivos con Cristina y Néstor Kirchner. A los dos presidentes se les agregará el lunes el venezolano Hugo Chávez para armar un encuentro trilateral. La tensión generada a propósito de estas diferencias en la OMC, adelantaban en la Cancillería, estará en la agenda. Una idea argentina era que ahora –ante el fracaso de la Ronda de Doha– el objetivo se centrara en buscar un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Claro que para eso es necesario que antes Brasil y Argentina congenien su posición. Ayer no parecía sencillo.

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