Mar 01.10.2002

EL PAíS  › ENOJO DE CARRIO PORQUE LOS SOCIALISTAS FORMARAN BANCADA PROPIA

Reacomodos y choques en el PARI

La decisión de los socialistas irritó a Elisa Carrió, aunque aclararon que reconocen su liderazgo y su candidatura presidencial.

› Por Eduardo Tagliaferro

La idea no era generar una ruptura. Se trataba de cumplir con las resoluciones del congreso partidario en el que se unificaron los distintos grupos socialistas en un único partido. En esa ocasión, los delegados reunidos en el miniestadio de River Plate resolvieron la conformación de bloques parlamentarios propios, en todos los lugares en los que tuvieran representación. Así se lo transmitieron el miércoles pasado, Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani, a la titular del ARI, la chaqueña Elisa María Avelina Carrió. El diálogo no fue en los mejores términos, pero los socialistas aceptaron postergar una semana el anuncio público. Carrió les dijo que no quería que los restantes integrantes de la bancada se enteraran por los medios. Por eso, los herederos de Alfredo Palacios no salían ayer de su asombro cuando leyeron que Carrió los amonestó en La Nación, diciéndoles: “Quien no quiera estar en el movimiento tiene la puerta abierta para irse”.
Bravo y Giustiniani habían acordado volver a hablar esta semana con Carrió. Incluso se analizó la posibilidad de que el nuevo bloque socialista fuera presentado en sociedad de manera conjunta. El congreso de River reconocía no sólo el liderazgo de la chaqueña sino también su condición de precandidata presidencial. Así se lo recordaron. Luego del primer enojo de Carrió y de que ésta los cruzara con frases como: “sabía que me iban a dejar sola” y “me usaron”, los socialistas repitieron que no se trataba de “una ruptura”.
Hoy se reunirán los siete legisladores del socialismo: Bravo, Giustiniani, Jorge Rivas, Oscar González, Héctor Polino, Ariel Basteiro y Eduardo García. Quizás den a conocer sus razones en un comunicado de prensa, tal como originariamente lo tenían previsto. Las declaraciones de Carrió en las que les reprochó que se “aprovecharon de su condición de partido nacional para imponer sus candidatos”, tal vez los obligue a cambiar de planes. Ninguno de ellos quiere continuar con la escalada verbal iniciada por la chaqueña. Así explicaban ayer, los pocos que aceptaban hablar con rigurosa reserva de su nombre, su ausencia por los pasillos del Congreso. “Pareciera que tenemos que andar pidiendo disculpas por tener un partido con identidad propia”, afirmó en diálogo con Página/12 uno de los legisladores del socialismo. Para él los diputados de su partido que llegaron al Congreso lo “hicieron por peso político propio” y no por haber sido guiados por la mano de Carrió.
Al momento de repasar las principales definiciones de los últimos dos meses, el parlamentario es muy crítico. No le molesta tanto la movida de Carrió de impulsar un espacio común con Luis Zamora y Víctor De Gennaro, como “la falta de política” con la que se dan esos pasos. Allí queda el recuerdo de la anterior foto de Carrió con Aníbal Ibarra y con el santacruceño Néstor Kirchner. “Suponer que por haber conseguido la personería jurídica para el PARI, se tiene un partido político, es un grave error. Tener un partido implica tener reglas de juego, sentido de pertenencia, y fundamentalmente política”, resumió el diputado.
En este punto, otro legislador socialista consultado por este diario, coincidió en que “desde hace dos meses la gente percibe señales de confusión de parte nuestra”. Según esta opinión, lo que está faltando dentro del espacio del ARI, es “una línea clara”. “No hablo de un programa completo de acción, sino de grandes lineamientos. De lo contrario estamos frente a una especie de síganme de izquierda”, concluyó.
Este parlamentario no dejó de señalar que “no se trata de una situación irreversible”. Claro que no deja de marcar sus preocupaciones y los paralelos con otros momentos pasados. Concretamente habla del Frepaso y de la conducción de Carlos “Chacho” Alvarez. Tal vez la distancia, tal vez el paso del tiempo, lo llevan a reconocer algunas virtudes del fundador del primer espacio de centroizquierda que se instaló como segunda fuerza, rompiendo el histórico bipartidismo. “El no tenía ningún espejo del cual sacar experiencia. Además era un dirigente netamente político que hasta se bancaba participar de las estructuras partidarias. Era una participación formal, pero les daba su importancia. Sabía de la dinámica de la militancia partidaria”, recordó. “En cambio Lilita, más allá de su gran formación intelectual, tiene una gran incapacidad de construcción política”, concluye. El interrogante es si el enojo se quedará sólo en palabras.

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