EL PAíS › CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER VIAJO A PARAGUAY Y JULIO COBOS ASUMIO EN SU LUGAR LA CONDUCCION DEL PODER EJECUTIVO
El vicepresidente no fue ni irá a la Casa Rosada. Viajará, en cambio, a Junín y se reunirá allí con dirigentes rurales. También se diferenció del Gobierno en el tema Aerolíneas.
› Por Santiago Rodríguez
Julio Cobos está en la cresta de la ola. El voto “no positivo” con el que frenó las retenciones móviles que el Gobierno le aplicaba al agro le dio el brillo político que nunca tuvo. Desde entonces el mendocino empezó a moverse por su cuenta y no son pocos los que sueñan con verlo algún día como Presidente. Aunque el objetivo es el 2011, ayer se dieron el gusto de ver qué se siente: el viaje de Cristina Fernández de Kirchner a Paraguay para participar de la asunción Fernando Lugo dejó a Cobos al frente del Ejecutivo por 24 horas. El vicepresidente hizo una de sus ya acostumbradas apariciones públicas y casi no dejó tema sin tocar: habló, entre otras cosas, del proyecto de movilidad de las jubilaciones, de la reestatización de Aerolíneas Argentinas, del Indec y de la educación. Hoy seguirá su camino de distanciamiento con el kirchnerismo y, en ejercicio de la Presidencia, compartirá un almuerzo con productores rurales en Junín.
El debut presidencial de Cobos se produjo poco después de las siete de la tarde. A esa hora, el escribano general del Gobierno, Natalio Echegaray, se apersonó en el despacho de la presidencia del Senado y le hizo firmar el acta de traspaso de mando. Un rato antes el mismo Echegaray había ido a Aeroparque para que Cristina Fernández refrendara allí ese mismo documento. La mandataria estampó su firma y después partió hacia Asunción, para presenciar hoy la jura del ex obispo Lugo al frente del Ejecutivo paraguayo que pondrá fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado.
Lo primero que hizo Cobos en su rol circunstancial de presidente fue recibir a la conducción de la Confederación del Transporte Argentino. “La reunión estaba prevista de antemano y fue protocolar”, explicaron sus allegados y se preocuparon de dejar algo en claro: que esa entidad no impulsó cortes de ruta durante el conflicto con los ruralistas, sino que por el contrario fue de las que acordó con el Gobierno no realizar piquetes.
Después de despedirse de los transportistas, Cobos tuvo una última audiencia antes de regresar a su casa en Ezeiza: también en su despacho, recibió a cuatro estudiantes secundarios de la Escuela Francisco Moreno de la localidad rionegrina de El Bolsón que ganaron un concurso de trabajos sobre el agua y que viajarán a Suecia a participar de un certamen sobre ese tema.
Cobos estuvo a punto de hacerse cargo de la Presidencia el pasado 5 de agosto, pero al final se quedó con las ganas: Cristina Fernández de Kirchner tenía previsto viajar entonces junto al venezolano Hugo Chávez a Bolivia, pero las protestas contra Evo Morales la hicieron quedarse en Buenos Aires. Ese mismo día el vicepresidente, horas antes del frustrado pase de mando, fue a visitar la exposición de la Sociedad Rural en Palermo. Allí lo recibieron Luciano Miguens y Hugo Biolcati, quienes lo acompañaron a recorrer la muestra y a visitar al toro Cleto, bautizado con su tercer nombre en reconocimiento a su voto.
Desde su rechazo a las retenciones móviles en el Senado, las incursiones públicas de Cobos se volvieron habituales y concitan la atención. Por caso, el vicepresidente aprovechó ayer la presentación del libro Universidad, democracia y reforma –que el titular del Partido Socialista, Rubén Giustiniani, escribió junto a Lorena Carbajal– para mostrarse otra vez. Su aparición se produjo un rato antes de que asumiera la conducción del Ejecutivo y el escenario fue el Salón Arturo Illia de la Cámara alta.
“Es una formalidad”, respondió Cobos acerca de lo que sentía por reemplazar a Cristina Fernández de Kirchner. El mendocino fue el último orador del acto, que le dio la posibilidad de hablar de un tema al que se refiere cualquier estadista que se precie: la educación. “La exigencia no puede dejarse de lado; ni en la escuela más humilde ni en la mejor privada”, aconsejó el vicepresidente y –a tono con la temática del libro del senador socialista– destacó que en el Congreso “nos espera un desafío muy importante, que es el debate de la Ley de Educación Superior”.
Cobos fue el único de los cinco oradores que se levantó de la mesa y utilizó el atril. “Me pongo de pie –explicó al levantarse– porque así con la horizontalidad que tienen los asistentes tengo una visión más acabada.” El ex ministro de Educación y actual senador Daniel Filmus –cuya presencia en la primera fila había sido destacada por Giustiniani– se fue instantes antes de que el vicepresidente empezara a hablar.
Una vez terminada la presentación, Cobos se detuvo ante los periodistas y repasó varios temas. “Todos estamos de acuerdo en que hay que preservar las fuentes de trabajo, en que hay que mejorar el sistema aerocomercial y seguir teniendo una línea de bandera. Pero lo que también queremos todos es conocer los números del pasivo y de los activos”, declaró acerca del proyecto de reestatización de Aerolíneas y pidió “dejar que los diputados hagan todas las averiguaciones”. Dijo, además, que “se debe determinar el pasivo” y que “la empresa debe hacerse cargo de la deuda” porque “el Estado no puede hacerse cargo de cada uno de los malos manejos de las empresas privadas”. También marcó diferencias con el Gobierno en el sentido de que deberá “verse si no hubo corresponsabilidad del Estado por algún incumplimiento en la concesión”.
Del proyecto de movilidad de las jubilaciones destacó, en cambio, la apertura que demostró el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, frente a los eventuales cambios que pueda introducir el Congreso. “Se está reclamando un método consensuado y transparente, queremos todos saber los costos de la inflación, de la pobreza”, contestó frente a las preguntas sobre el Indec y las mediciones que realiza ese organismo. Cobos eludió la consulta sobre la conveniencia o no de la renuncia del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, con el consabido argumento de que se trata de “una decisión que le corresponde a la Presidencia.”
En sus primeras horas al frente del Ejecutivo, el vicepresidente no pisó la Casa Rosada ni tampoco irá hoy. A media mañana, junto con sus colaboradores más cercanos, partirá en auto hacia Junín. El viaje le impedirá cumplir con su habitual rutina deportiva en el gimnasio del Hotel Panamericano, donde combina cinta, escalador y natación. Cobos tiene ganas de inscribirse en la carrera de diez kilómetros que Nike realizará a fines de este mes y ayer a la siesta no faltó a su entrenamiento. Su agenda incluyó también la recepción a un grupo de parlamentarios chilenos.
En Junín lo recibirá el intendente local, Mario Meoni, uno de los jefes comunales bonaerenses que lo siguen y que ya está trabajando en la construcción de su nuevo espacio político. Será la primera de las “visitas institucionales” –así las definen los cobistas– que Cobos realizará a los municipios de la provincia de Buenos Aires que conducen quienes le responden.
Meoni esperará a Cobos en la Municipalidad de Junín y después lo llevará a una reunión con el rector de la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires, el radical Guillermo Tamarit, asentada en esa ciudad. “Van a intercambiar ideas acerca del proyecto de Ley de Educación Superior”, adelantó a PáginaI12 el intendente, quien después acompañará a visitar la muestra agropecuaria Expojunín.
Cobos almorzará allí con la conducción de la Sociedad Rural y representantes de la industria y el comercio local y después recorrerá esa exposición que se realiza todos los años y en su última edición tuvo unos cien mil visitantes. El vicepresidente espera volver a cosechar allí –como hizo el día que fue a la Rural en Palermo– el afecto que sembró al votar en contra del proyecto de retenciones móviles al agro.
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