“¡Eh, paren, que la Presidenta todavía está en Olivos!” Una empleada de un alto funcionario de la Casa Rosada reclamaba en voz alta frente al televisor, como si el responsable de noticias del canal de cable que ella estaba mirando pudiera escucharla. Es que en ese momento Julio Cobos presentaba un libro en el Senado y en el sobreimpreso en la pantalla se leía: “Habla el presidente Julio Cobos”. En ese momento Cristina Fernández de Kirchner estaba reunida en la quinta presidencial con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi.

El titular de la TV se había adelantado media hora, quizás enredado en una confusión, ya que poco antes había partido de Aeroparque hacia Asunción uno de los aviones Tango, en el que viajaban el canciller Jorge Taiana y el vocero presidencial, Miguel Núñez, pero no la Presidenta.

A las 18.30 sí se fue la Presidenta a Paraguay para asistir a la asunción de Fernando Lugo, y Cobos quedó formalmente a cargo del Gobierno. Ante la ansiedad periodística por saber qué sentía al quedar como máxima autoridad, Cobos respondió formalmente: “Es una formalidad por pocas horas”.

En la Casa de Gobierno no le dieron mayor importancia al tema. El despacho de Cobos –el mismo que ocupaba Eva Perón cuando gobernaba su esposo Juan Domingo Perón– se mantuvo cerrado como desde hace bastante tiempo.

El primer viaje de la Presidenta, después del conflicto con Cobos a partir de su voto “no positivo” sobre el proyecto oficial de retenciones móviles, dio para bromas entre los empleados de la Casa Rosada, que se preguntaban cómo se sentían bajo la presidencia de Cobos y cosas por el estilo. El cronista de PáginaI12, a falta de originalidad, le hizo la misma pregunta a un ministro, que contestó fingiendo seriedad: “Todavía no hablé con él”.

Cuando se le comentó que Cobos, ya en funciones, pidió un método de medición de la inflación “transparente” y que se opuso a que el Estado se haga cargo de la deuda de Aerolíneas Argentinas, el ministro no pudo ocultar su molestia con el vicepresidente. “Ah... qué bien. Espectacular el tipo, ¿no?”, respondió.

Una sorpresa parecida expresó un funcionario del área de prensa del Gobierno, cuando recibió un llamado de un periodista de Mendoza, que le preguntó si la Presidenta había dejado tareas pendientes para que resuelva Cobos. Conteniendo la risa, contestó seriamente que no disponía de esa información, pero al colgar el teléfono soltó la carcajada: “Sí, le pidió que resuelva el tema de Aerolíneas en el Congreso y que, si tenía tiempo, arregle el problemita del Indec... ¡Preguntan cada cosa!”.

La Presidenta regresará hoy al mediodía de Asunción y se irá directamente a El Calafate. Pero ya en Formosa, cuando el Tango vuele en cielo argentino, habrán acabado las 18 horas de reinado de Cobos, una prueba que repetirá varias veces en los próximos tres meses, teniendo en cuenta la nutrida agenda internacional de la Presidenta.