EL PAíS
› EL PERONISMO CASI LOGRA EL QUORUM PARA ARCHIVAR EL JUICIO POLITICO
Apenas a dos compañeros de la impunidad
El oficialismo, apoyado por los partidos provinciales, estuvo más cerca que nunca de lograr quórum propio. Pero les faltaron dos diputados. Los radicales no bajaron pese a haberlo anunciado. La sesión se levantó. Denuncias de los peronistas disidentes.
› Por Felipe Yapur
Al justicialismo le faltaron sólo dos legisladores para conseguir el quórum para sesionar, debatir, rechazar el dictamen acusatorio de la Comisión de Juicio Político y garantizar la impunidad de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia. El “sorpresivo” cambio de posición de los legisladores que responden a Adolfo Rodríguez Saá y el gobernador santafesino Carlos Reutemann los acercó al número mágico de 129. Esto provocó que el radicalismo, el ARI, la izquierda y los peronistas del grupo Talcahuano decidieran no sentarse en sus bancas. Fue una extensa jornada, plagada de reuniones, negociaciones y hasta la sospecha de maniobras “non sanctas” para conseguir el quórum, según deslizó un sector de la oposición.
Hasta el martes por la noche la votación que debía definir la vuelta o no a la comisión del dictamen acusatorio parecía estar empatada. Ambos sectores en pugna se adjudicaban seguridad a la hora de hacer números. Sin embargo, durante el transcurso de la mañana todo comenzó a cambiar para alegría del oficialismo y desgracia de la oposición.
Un grupo de legisladores del disidente grupo Talcahuano se encontraron con la decena de diputados que responden al “Adolfo”. Estos llegaron convencidos de que los puntanos estaban por la preservación del dictamen acusatorio ante los intentos del duhaldismo y el menemismo de rechazarlo. Grande, inmensa, fue la sorpresa cuando escucharon que habían decidido, por recomendación de su conductor político, dar quórum y permitir que el juicio contra los supremos diera comienzo. Los Talcahuanos intentaron convencer a algunos de manera individual, pero recibieron una fuerte negativa: “Soy respetuosa de la disciplina”, les dijo la bonaerense Carmen Rico, a la sazón hija del carapintada intendente de San Miguel, Aldo Rico. “Y, claro, es hija de militar”, reflexionaron los peronistas disidentes.
Con la mala nueva de los puntanos y de la mayoría de los diputados del PJ Santa Fe, se reunió la Comisión de Juicio Político. Era el mediodía. Convencidos ya de que la sesión era un hecho, se dieron cuenta de que sólo era necesario que un pequeño grupo de radicales decidieran bajar al recinto para comenzar a debatir. La discusión subió de tono y los radicales aseguraron que no había ningún Judas en sus filas.
Los discursos vehementes se llamaron a silencio cuando los diputados Talcahuanos presentes anunciaron la redacción de un documento donde se darían a conocer maniobras “non sanctas” con el único objetivo de quebrar voluntades (ver asimismo recuadro aparte). Nadie lo dijo, pero queda claro que con esto la continuidad de los Talcahuano en el bloque PJ es cuestión sólo de horas.
Cuando salieron de allí, Elisa Carrió repitió que no estaban dadas “las condiciones institucionales” para sentarse en las bancas.
Prácticamente al mismo tiempo, el bloque radical se reunía para evitar que alguna oveja descarriada terminara sentada en el recinto. Horacio Pernasetti, presidente de la bancada, avisó que no darían quórum. Acusó a los gobernadores José Manuel De la Sota, Reutemann y Rodríguez Saá de ser los responsables del cambio de posición de sus legisladores. “Hubo algunos que se borraron”, repitió Pernasetti con marcada tonada catamarqueña. Luego negó que los mandatarios provinciales de la UCR estuvieran presionando a sus diputados en el mismo sentido que los peronistas. Sin embargo, varios radicales aseguraron que los llamados de Roberto Iglesias (Mendoza) y Pablo Verani fueron insistentes.
Los únicos tranquilos hasta aquí eran los justicialistas. El presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño, por caso, se mostró distendido, en mangas de camisa y con las manos en los bolsillos, por los pasillos del Congreso anunciando que a las cinco llamaba a sesionar. Y así lo hizo.
Durante la reunión de labor parlamentaria, el espacio donde se acuerda el orden del día, el titular de la Comisión de Juicio Político, SergioAcevedo (PJ Santa Cruz), intentó retirar el pedido de vuelta a comisión del dictamen como una maniobra para evitar el desastre. Sus colegas del PJ casi se lo comen vivo. Allí el ARI, la UCR y la izquierda repitieron su decisión de no participar de la sesión. Igual Camaño hizo sonar el timbre que llama al recinto.
Poco a poco las bancas se fueron ocupando. Casi todos los diputados de los partidos provinciales bajaron al recinto. Sólo faltó el demócrata mendocino Gustavo Gutiérrez, que pegó el faltazo en acuerdo con la posición del ARI. El PJ estaba casi en pleno. Llegó a tener 102 diputados, veinte más de lo que sentó en las anteriores reuniones.
A las 18.45 el corazón de varios de los peronistas casi se detuvo cuando el tablero marcó 127 legisladores presentes. Sólo hacía falta que dos más se sentaran y la historia era otra. Pero no tenían de dónde hacer aparecer esos dos votos. No había radicales dispuestos a bajar y entre sus filas quedaban legisladores que están enfermos pero demasiado delicados como para levantarlos de la cama.
Las expresiones en minoría del PJ y los provinciales se sucedieron mientras se esperaba el milagro. Desde el pasillo que rodea por detrás el hemiciclo se podía ver a los legisladores de la oposición espiar los discursos. El PJ prefirió centrar sus críticas en Carrió y evitó siquiera nombrar y atacar a la UCR porque –como suele repetir un peronista de Santa Fe– “al fin y al cabo somos primos hermanos”.
A las 20 Camaño dio por terminado el encuentro. El PJ se retiró convencido de que todo es cuestión de tiempo. “La semana que viene sesionamos y votamos”, vaticinó un sonriente Camaño, transformado desde hace meses en el principal operador para favorecer la impunidad a la Corte.
Subnotas