EL PAíS › COBOS VISITó A ALFONSíN Y HABLARON DE LA UNIDAD DEL RADICALISMO
Si la UCR suspende su expulsión, el vicepresidente podría tomarse una licencia partidaria mientras conserve el cargo. Pero el titular del radicalismo insiste en que Cobos no será reincorporado si permanece en el Gobierno. La situación de los cobistas.
› Por Sebastian Abrevaya
En plena puja dentro de la UCR por el regreso de los ex radicales K al partido, el vicepresidente Julio Cobos fue ayer a visitar a Raúl Alfonsín. Después del encuentro, el vice relató que el ex presidente le dijo que “el partido puede aceptar una reconsideración, (como por ejemplo) que me tome una licencia porque yo debo acompañar al Gobierno”. El cobismo viene manteniendo conversaciones con distintos sectores de la UCR para encontrar el mejor camino de vuelta a casa. En esa línea se inscribió el encuentro con Alfonsín, quien mantiene su liderazgo sobre uno de los sectores más proclives a perdonar al vice. La clave sería levantarle la expulsión y que se tome una licencia partidaria hasta que abandone su cargo. “Tengo que acompañar al Gobierno –aclaró Cobos– y no puedo formar parte de la oposición.”
“Yo le manifesté (a Alfonsín) que no quería ser un obstáculo para las decisiones que tiene que tomar el partido; y la idea de él es que no debo ser un obstáculo”, señaló el vicepresidente, quien se reunió la semana pasada con su tropa mendocina en su despacho del Senado. Allí plantearon una serie de condiciones para su regreso a la UCR. “Si no lo dejan volver, no volvemos”, amenazaron los cobistas. Pero el punto no va a ser tan sencillo. El presidente del radicalismo, Gerardo Morales, insistió en marcarles los límites de la cancha. “Mientras siga teniendo un cargo en este Gobierno, no puede volver al partido”, sentenció. En cambio, la postura del alfonsinismo y del jefe del bloque de diputados, el cordobés Oscar Aguad, entre otros radicales, no es tan dura.
La posición del titular de la UCR frente al resto de los cobistas es más benévola. “Tienen las puertas abiertas y van a tener un espacio, no los vamos a mandar a hacer trabajos forzados o limpiar los baños, pero tienen que tener un poquito más de humildad.” Las diferencias se resolverán en la Convención Nacional, que se hará en octubre en Mina Clavero. Allí se discutirá sobre una reforma de la Carta Orgánica, pero el tema central va a ser la estrategia para las elecciones de 2009 y 2011.
La conducción de la UCR propone unificar todos los mandatos y llamar a elecciones internas en abril próximo para renovar autoridades. Previamente se levantarían las sanciones y todos los sectores podrán disputar el liderazgo del partido, incluidos aquellos que apoyaron a Cristina Fernández en las presidenciales de 2007. “El partido, que siempre habla de institucionalidad, tiene que levantar las medidas de intervención, y obviamente que esto se resuelve por consenso o por procesos internos”, insistió Cobos ayer, al salir de la casa de Alfonsín, sabiendo que sus hombres tienen buenas posibilidades de llegar al poder.
En el Comité Nacional, aseguran que la situación del ex gobernador mendocino en el radicalismo depende de cómo se arregle la situación del partido en su provincia. Antes de que el voto “no positivo” aumentara su popularidad mediática, Cobos creó en Mendoza el partido Concertación Ciudadana porque necesitaba una herramienta electoral y las puertas de la UCR local estaban cerradas con candado. Ahora, no sólo tiene una alta imagen positiva sino que –quizá por eso– parece haber encontrado la llave de vuelta al radicalismo.
En la interna mendocina, Roberto Iglesias, ex gobernador y ex presidente del Comité Nacional, está enfrentado con el vicepresidente, quien fue ministro de su gobierno y luego su sucesor. “Creo que hablaría muy mal del radicalismo si aprovecha este éxito de Cobos y se acerca a él”, dijo Iglesias hace más de un mes. En 2007, Iglesias se presentó nuevamente como candidato a gobernador por la histórica Lista 3, pero salió cuarto, por debajo del PJ, la Concertación y el Partido Demócrata, respectivamente. Iglesias no le perdona esa derrota a quien alguna vez fue su delfín político.
Sin embargo, el ex compañero de fórmula de Iglesias, el titular del bloque de senadores, Ernesto Sanz, se mostró con una posición más flexible y fue uno de los que organizó hace unas semanas un encuentro de dirigentes para debatir la situación de Cobos.
Para Morales, la “burocracia bonaerense” quiere la vuelta de Cobos “pero no quiere que haya elecciones para quedarse cuatro años más en sus cargos”. Tras algunas declaraciones cobistas, donde se reconoció que al vice le hace falta “una estructura política”, en el Comité Nacional advirtieron que “el radicalismo no es una cosa que se usa y se tira”. Mientras tanto, el vicepresidente sigue manteniendo conversaciones con otras fuerzas políticas entre las que se encuentran los peronistas disidentes, algunos cercanos a Eduardo Duhalde como el sindicalista Gerónimo Venegas, representante de los peones rurales.
La conducción del partido descarta la posibilidad de que vuelvan otros ex referentes del radicalismo como Ricardo López Murphy o Elisa Carrió. Las chances son todavía más remotas para los radicales que “le hacen el juego de la Concertación al Gobierno”. “Son el quinteto patético”, dijo Morales, en relación a los gobernadores Miguel Saiz, de Río Negro, Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, la diputada Silvia Vázquez y los funcionarios Gustavo López y Alejandro Tulio.
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