EL PAíS › OPINION
› Por Delia Bisutti *
Los días de paro docente realizados en lo que va del ciclo lectivo y la posibilidad de otros está poniendo de manifiesto que “no está buena” la educación en la Ciudad. El reclamo está centrado en una recomposición salarial, basado en el incremento del costo de vida, que Macri le pide al gobierno nacional que reconozca, pero él niega.
Macri dice que la Ciudad no tiene plata; pero entonces ¿cómo se entiende que solicitó un incremento del presupuesto a la Legislatura para mejorar los contratos con las empresas recolectoras de la basura? Si se puede para lo uno, también se puede para lo otro.
El gobierno de Mauricio Macri obtuvo una ley de emergencia, al comienzo de su gestión, de incremento de recursos para la infraestructura escolar, que casi no ejecutó, y recién el 9 de septiembre lanzó el primer llamado a licitación para la adecuación de edificios escolares, con fechas de ejecución entre 210 días y 48 meses. Logró también un incremento de partidas para otorgar becas. Esto está perfecto, pero resulta que tenía para otorgar 20 millones (2 menos que el año anterior) y sólo ejecutó 7 millones.
No sólo insiste en el discurso mentiroso de que no tiene plata, sino que además intenta hacer creer que en la Ciudad hay docentes buenos y trabajadores y otros que son malos y no trabajadores. Los que paran, que son la mayoría, son los malos. Los maestros que paran versus los que cumplen. Y dice, sin sonrojarse: “Vamos a ser muy duros con quien estafa al sistema: cobra y no trabaja. La Ciudad es uno de los lugares donde mejor se paga al docente y al que no trabaja hay que castigarlo”. A la par, su ministro de Educación aporta la propuesta de diferenciar a los maestros que cumplen fehaciente y efectivamente su trabajo de los que no trabajan.
En ese marco, lanzó el concurso “El Sarmiento de mi escuela”, por el cual padres, alumnos y ex alumnos podrán proponer al docente que crean que reúna suficientes condiciones para ser merecedor a tal distinción. ¿Cuáles serán las condiciones que le permitirán ser portadores de tal denominación? ¿No haber hecho nunca un paro docente? ¿No haber tenido la osadía de reclamar por sus derechos? ¿Macri busca premiar o en realidad quiere castigar? Lo que intenta Macri es demonizar.
Macri miente cuando dice que el salario del docente de Capital es el más alto del país y miente cuando dice que la Ciudad no tiene plata. Desconoce al sistema, menosprecia el rol de la docencia y cree que el sistema educativo debe formar para la competitividad, como si se tratara de una variable más de la sociedad de consumo.
Sugiero, para entender hacia dónde se dirige la educación macrista en la ciudad, releer los cuadernillos educativos del grupo Sophia, elaborados en los años ’90 por técnicos dirigidos por su actual jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta (presidente y fundador de la Fundación Grupo Sophia), donde se propone la descentralización completa del sistema educativo, basado en el mayor protagonismo de la dirección de las escuelas, dándole injerencia en la designación de los docentes (desconociendo concursos) y en los incentivos a los docentes, incentivos que pretenden diferenciar el deber bien hecho del deber mal hecho, para lo cual proponen la reforma del actual sistema de retribución al docente. ¿Va a estar buena la educación en la Ciudad?
* Diputada nacional – Solidaridad e Igualdad
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