EL PAíS › TELPUK RELATó CóMO TRES AGENTES LA INTERROGARON EN EL AEROPUERTO
La ex agente de la PSA que descubrió los dólares en el maletín de Antonini Wilson declaró en el juicio en Miami. Fue la primera testigo en contradecir la versión del valijero. Reveló que tres agentes del FBI le hicieron preguntas.
Apenas se bajó el domingo del avión que la había llevado a Miami, María Luján Telpuk, la ex agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que descubrió la valija con 800 mil dólares, tuvo una singular bienvenida: tres agentes del FBI la sacaron de la fila de Migraciones y la llevaron a un cuartito para interrogarla acerca de su versión de la historia de la valija. Así lo relató la chica en su primer día de testimonio en el juicio en la Corte de La Florida. La agencia de investigaciones norteamericana tiene amplias (y discutidas) facultades para actuar, pero no puede obviar informar a quien interpela su derecho a retirarse sin abrir la boca.
–¿Le dijeron que usted no tenía la obligación de responder? –le preguntó el abogado defensor Ed Shohat.
–No –respondió ella, y precisó que estuvo dos horas contestando las inquietudes de los muchachos del FBI.
La descripción de Telpuk sobre su llegada a Estados Unidos fue un golpe a la transparencia e imparcialidad de la acusación del fiscal Tom Mulvihill contra el venezolano Franklin Durán, pero no el único. Al revés de todo lo que dijo Guido Alejandro Antonini Wilson –principal testigo del caso–, la curvilínea ex agente insistió en que él “se presentó como el propietario de la valija”, como dice el acta labrada en el Aeroparque.
“Vi algo raro en el escáner y pedí que llamaran al dueño”, repasó. Fue entonces que vio “por primera vez al señor Antonini”, dijo. “Yo pregunté: ‘Señor, ¿esta valija es suya?. Y él automáticamente dijo que sí’”, reprodujo. “Le pedí que la abriera, y no lo hizo sino hasta que se lo pedí por segunda vez y con un tono más firme. Estaba nervioso y me miraba fijamente a los ojos. Cuando apareció el dinero le pregunté cuánto traía, y me dijo que serían unos 60 mil dólares”, señaló. Eran casi 800 mil.
Telpuk, con un ceñido trajecito azul y camisa blanca, complementó su testimonio con un croquis de aeroparque dibujado por ella misma. Ante las preguntas de Shohat sostuvo que los únicos pasajeros a los que vio al revisar la polémica valija fueron Antonini y Daniel Uzcátegui, hijo del ex vicepresidente de la petrolera venezolana Pdvsa, Daniel Uzcátegui. No mencionó al ex titular del Occovi Claudio Uberti, ni a su secretaria Victoria Bereziuk. Aseguró, además, que revisó todas las valijas. En la causa argentina dejó abierta la posibilidad de que alguien se hubiera llevado equipaje por otro pasillo sin ser visto.
Su declaración en Miami es la primera entre los testigos de la defensa de Durán que, informó ella, le pagó el viaje. Su discurso, íntegro, contradice la versión de Antonini, imputado en Argentina y testigo central en Miami. El Gordo aseguró ante el jurado que cuando llegó a Buenos Aires agarró la valija por “cortesía”; que nunca dijo en el control que fuera suya sino que una funcionaria de la Aduana le sugirió firmar un acta asumiendo su propiedad “para solucionar el problema”. Que, en rigor, la maleta era de Uberti. Y que por lo que escuchó de boca de Uzcátegui padre en el vuelo venía otra valija con 4,2 millones de dólares.
Todo lo que dijo Antonini debe ser leído en este contexto: fue el gran impulsor del juicio de Miami desde que regresó a Estados Unidos y le ofreció colaboración al FBI para armar allí una causa. Esto le permitiría protegerse de la extradición a la Argentina y de cualquier otro frente judicial. Entonces se puso los micrófonos ocultos y grabó conversaciones que, según el fiscal Mulvihill, revelan que Durán y otros tres hombres que se declararon culpables actuaban como agentes ilegales de Venezuela para silenciar a Antonini sobre el origen de los 800 mil dólares –Pdvsa, según el valijero– y su destino –la campaña de Cristina Kirchner, según dice Durán en las grabaciones y ratificaron los arrepentidos–. Para el abogado defensor, los diálogos no reflejan una operación de inteligencia sino un diálogo entre viejos socios que tironean por sus negocios.
La revelación que hizo Telpuk sobre el recibimiento que tuvo en Miami deja en evidencia el gran poder que tiene el FBI en el manejo de una causa. La fiscalía, de hecho, se apoya en lo hecho por esa agencia. “Me sacaron de la fila y tuve una reunión con tres personas. No recuerdo los nombres, pero se identificaron como personas del FBI”, dijo la chica. En ese momento, contó, la separaron de su acompañante, Víctor Touriño. “Fueron dos horas aproximadamente de interrogatorio y les contesté todas las preguntas que me hicieron”, agregó. Ahí Shohat le preguntó si le informaron su derecho a no hablar y ella aclaró que no le dijeron nada.
–¿Le hicieron preguntas sobre temas de aduanas o del caso?
–Del caso –fue la respuesta.
Consultada por PáginaI12 acerca del interrogatorio a Telpuk, la vocera del FBI en Miami, Judy Orihuela, dijo: “No puedo hacer comentarios al respecto mientras se desarrolla el juicio”. Este diario preguntó si más allá de este caso es habitual y legal este tipo de procedimiento con un testigo. “Tampoco puedo responder”, insistió. Lo que seguro no debería hacer el FBI, dicen los expertos, es eludir una aclaración sobre la libertad de responder.
Allegados al juicio, cuestionaron el relato de Telpuk sobre su encuentro con el FBI por “impreciso” y anticiparon que la fiscalía la interrogará al respecto el martes próximo para aclarar el asunto. A eso se suma otro elemento de duda, que es que el domingo en cuanto salió del aeropuerto de Miami, habría comentado que el FBI había sido muy amable con ella.
La fiscalía, empecinada en debilitar su testimonio, insiste en su intención de preguntarle a Telpuk sobre el salto a la fama tras el escándalo y su aparición en la revista Playboy. La jueza Joan Lenard dijo que pueden ahondar sobre su ocupación. Pero luego, mientras otro de los fiscales sostenía la Playboy donde se la ve desnuda con un maletín, Su Señoría reaccionó: “No sé si salió desnuda, o qué ropa usaba, no he visto las fotos ni las quiero ver”. Por ahora, Telpuk dijo que trabaja en la empresa Jet Handling. Su acompañante en Miami, Touriño, se presenta como alguien que arregla aviones para Amalita Fortabat y Bill Clinton.
La obsesión de fiscales y abogados por destruir mutuamente la credibilidad de los testimonios y pruebas tiene que ver con la esencia de estos juicios: es fundamental la percepción que cada quien genere sobre el jurado, que no sabe de Derecho y que para condenar a alguien tiene que tener absoluta convicción de su culpabilidad. Si duda, debería absolverlo.
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