EL PAíS › LA EMBAJADA DE EE.UU. VETó A SU HERMANO EN UN SEMINARIO
Era un encuentro internacional sobre terrorismo en Buenos Aires, organizado por Estados Unidos. A última hora y con una excusa débil, el coronel Worley, de la embajada norteamericana, avisó que Fernando Telpuk no era bienvenido. La Policía de Seguridad Aeronáutica se retiró en protesta.
› Por Raúl Kollmann
La embajada de Estados Unidos, a través del coronel William Worley, vetó la presencia en un seminario sobre terrorismo de Fernando Telpuk, hermano de María Luján Telpuk y coordinador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en materia de investigaciones en narcotráfico y terrorismo. Como respuesta, el titular de la PSA, Marcelo Saín, ordenó el retiro inmediato de los otros cinco integrantes de la PSA que participaban del seminario. “Esto fue una represalia institucional por el testimonio de María Luján en Miami –le dijo Saín a PáginaI12– y se agrega al interrogatorio al que sometió el FBI a nuestra ex agente en el aeropuerto no bien llegó. Eso fue una combinación entre extorsión y apriete, al punto que le ofrecieron asilo político. Es inconcebible. El asilo es para alguien perseguido y aquí María Luján fue respaldada y consideramos que su labor fue intachable, de absoluta honestidad.”
El gobierno de los Estados Unidos convocó a un curso sobre terrorismo a funcionarios de seguridad y judiciales de distintos países, entre ellos a integrantes de la Policía Federal, la Gendarmería, jueces y fiscales argentinos. El seminario se hizo a fines de septiembre en un hotel de Buenos Aires. La PSA fue uno de los organismos invitados y se le ofrecieron seis lugares. La lista de participantes fue entregada en tiempo y forma, y la integraban los responsables de investigaciones así como especialistas en los aspectos jurídicos del combate contra el terrorismo. Poco después, el coronel Worley, acreditado de la embajada en temas de Seguridad, llamó al Ministerio de Justicia y Seguridad informando que el nombre de Fernando Telpuk fue vetado.
Ante el escándalo, funcionarios de la embajada de Estados Unidos se defendieron con un argumento que en la PSA consideraron una mera excusa. Señaló Worley que de acuerdo con las leyes norteamericanas no pueden participar en las actividades organizadas por sus agencias personas que hubieran tenido algún antecedente en temas como la violación de derechos humanos o narcotráfico. En el caso de Fernando Telpuk, argumentaron que en una página de Internet, Informe Confidencial, se publicó que Telpuk fue apartado de la fuerza en 2005. En realidad, en ese momento un subordinado de Telpuk cajoneó un informe sobre las irregularidades cometidas por Top Air Security (TAS), una de las agencias de seguridad del aeropuerto de Ezeiza que mejor relación tenían con los norteamericanos. Fue Saín quien dispuso la sanción de separarlo de la fuerza y trasladarlo a la Fuerza Aérea. Pero no se trató de ningún antecedente en derechos humanos o alguna cuestión relacionada con narcotráfico. Luego fue Saín quien levantó la sanción, porque el cajoneo del informe sobre TAS fue responsabilidad de otro integrante de la PSA. Hoy Fernando Telpuk ocupa el cargo de mayor importancia en materia de investigaciones.
Para Saín “es categórico que acá hubo una reprimenda porque María Luján hizo lo que tal vez pocos hubieran hecho en la fuerza, dado el contexto de espacio y tiempo. Eran las tres de la mañana cuando llegó aquel avión, se trataba de una aeronave oficial, ella estaba sola, sin un superior presente y pese a que todos la querían apurar para irse a sus casas, María Lujan actuó como una policía honesta, que cumple con su deber. El interrogatorio al que la sometió el FBI en el aeropuerto de Miami lo sentimos como una agresión a la PSA. Fue una mezcla de extorsión y apriete. Le dijeron que por el código norteamericano podía ser condenada por falso testimonio –lo que constituye una nítida amenaza–, le ofrecieron trabajo en dos agencias de modelo y lo más inconcebible fue la oferta de asilo político. ¡Después se rasgan las vestiduras y dicen que los norteamericanos tienen las agencias policiales más democráticas del mundo! Ni siquiera le dijeron que podía negarse a contestar preguntas y que tenía el derecho a retirarse cuando quisiera”.
En los últimos días, funcionarios del nivel medio de la embajada de Estados Unidos hicieron llegar una especie de disculpa extraoficial por lo ocurrido con Fernando Telpuk. Sin embargo, lo que se pretende en la PSA es que las cosas se digan por escrito. Como se sabe, también la Cancillería se quejó ante el embajador Earl Anthony Wayne por el trato dado a María Luján por parte del FBI en el aeropuerto.
Desde el punto de vista judicial, María Luján Telpuk declaró exactamente lo mismo en Miami y en los tres testimonios que prestó en la Justicia argentina. En todos los casos, desarmó los dichos de Guido Alejandro Antonini, que venía sosteniendo en el juicio norteamericano que la valija no era suya y que ni siquiera sabía lo que contenía. Aunque Telpuk mantiene en su versión algunas discrepancias con el agente de la Aduana Jorge Lamastra, en ese punto coinciden plenamente: Antonini sostuvo espontáneamente que la valija era suya, mintió tres veces sobre el contenido, demostrando así que conocía lo que venía adentro y, además, era el único pasajero que todavía estaba esperando el equipaje, porque los demás habían retirado el suyo. Sólo Daniel Uzcátegui se quedó a esperarlo a Antonini. Más allá de sus testimonios, Telpuk mantiene una relación más bien de disgusto con el Gobierno, en especial porque cree que no pudo participar en Patinando por un sueño, el programa de Marcelo Tinelli, por pedido de la Casa Rosada.
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