Con el respaldo de los aliados más cercanos, algunos partidos provinciales y hasta un puñado de oficialistas díscolos, el kirchnerismo consiguió pasada la medianoche por 149 votos contra 87 la aprobación en general del Presupuesto 2009. Con el grueso de la oposición en contra del proyecto y una larga lista de cuestionamientos a las proyecciones económicas del Gobierno que surgieron desde algunos aliados parlamentarios, el oficialismo se preparaba para transitar un arduo camino hasta la aprobación en particular de los artículos del Presupuesto sin tener que modificar los números oficiales. Convencida de contar con las adhesiones necesarias, aunque ajustadas, la bancada K desechó la posibilidad de un cuarto intermedio y decidió prolongar el debate durante la madrugada hasta lograr la ansiada media sanción.

El cierre corrió por cuenta del jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, que se excedió en varios minutos a lo pautado para responder a los varios cuestionamientos de la oposicón al proyecto oficial. “Los argentinos no están corriendo a los bancos porque tienen confianza en los valores económicos que hemos construido en los últimos tiempos”, sostuvo Rossi. Y agregó: “En medio de la volatilidad internacional, que nosotros podamos ofrecer a la ciudadanía un presupuesto con metas perfectamentealcanzables es una buena noticia”.

Varias horas antes, el kirchnerista Gustavo Marconato fue el encargado de abrir la sesión como miembro informante del oficialismo, avalando las proyecciones macroeconómicas del Gobierno. El Presupuesto establece para 2009 una pauta de crecimiento del 4 por ciento y una inflación anual del 8; un dólar estable a 3,19 pesos, un superávit fiscal del 3,27 por ciento del PBI y una balanza comercial positiva de casi 12 mil millones.

“Este presupuesto ha sido elaborado con responsabilidad, prudencia y firmeza. La responsabilidad de contar con cuentas fiscales superavitarias y acumulación de reservas, la prudencia que genera la certeza de contar con un instrumento serio para un programa de Gobierno transformador y la firmeza de la intervención del Estado en la economía, dejando atrás el modelo de mercado en esta versión de capitalismo que acaba de derrumbarse”, dijo el presidente de la Comisión de Presupuesto poco después del mediodía.

Pero los preparativos de oficialistas y opositores habían arrancado más temprano. La bancada K juntaba la tropa propia en un desayuno en busca de reunir el quórum necesario y abrir la sesión. Una tarea a la que aportaron los aliados del Encuentro Popular y Social y los radicales K, además de provinciales como los neuquinos del MPN, los renovadores salteños, los santiagueños del Frente Cívico y los correntinos del Frente por Todos. Incluso, algunos oficialistas díscolos, como Felipe Solá, también se sentaron en las bancas para alcanzar los 129 diputados necesarios.

En tanto, el núcleo opositor más duro, encabezado por la UCR, la CC, el PRO y peronismo disidente, se juntaba en una rueda de prensa para ratificar su rechazo al Presupuesto (ver recuadro). Afuera del Congreso un grupo de la CCC reclamaba “redistribución del ingreso”. Poco después arribó una numerosa columna de trabajadores del sindicato del cuero y miembros de la cámara de curtidores que protestaban contra el reintegro del régimen de promoción industrial –especificado en el Presupuesto–- para la ex Curtiembre Yoma en La Rioja, ahora en manos de la brasileña Bom Retiro.

En el recinto, radicales, macristas, lilitos y ex aristas de Solidaridad e Igualdad (SI) junto al economista de la CTA Claudio Lozano presentaron sus propios dictámenes de minoría. “Por obra y gracia de los superpoderes, entre 2003 y 2008 se asignaron 161.000 millones de pesos sin pasar por este Congreso, con un manejo discrecional con fines electorales”, aseguró el radical Miguel Giubergia. Luego pidió que se retirara el proyecto de Presupuesto para “actualizarlo” tras la crisis financiera internacional.

“¿Somos inteligentes al votar el Presupuesto elaborado antes de la crisis y con una inflación del 8 por ciento anual para el año que viene?”, se preguntó el macrista Esteban Bullrich y arrancó los aplausos de las gradas, donde compartían palco Alfredo De Angeli y militantes de la CCC. La lilita Fernanda Reyes también cargó contra los números oficiales: “Es mentiroso calcular una inflación del 8 por ciento cuando en las provincias manejan índices superiores al 30. Además prevé un dólar a 3,19 que ya está desactualizado y mantiene estancadas las partidas destinadas a planes sociales”.

“Parece mentira: cuando más posibilidades tienen de sostener la heterodoxia económica se hacen más ortodoxos”, soltó Lozano en su intervención.

“Este proyecto es una ficción, se encuentra totalmente divorciado de la realidad nacional e internacional. Es una ficción la federalización de los recursos y el progresismo de este Gobierno, como el progresismo fiscal del que se ufana”, afirmó la socialista cordobesa Laura Sesma.

Las intervenciones de los partidos provinciales llevaron alivio al oficialismo. La mayoría de ellos, como los aliados encabezados por el socialista K Ariel Basteiro, los radicales K y hasta la cobista Laura Montero, aseguró que acompañarían en general el Presupuesto, aunque también deslizaron críticas sobre varios artículos del proyecto. Los tres oficialistas entrerrianos disidentes –que se iban a sumar a los reclamos de Solá– regresaron con otro humor de la entrevista que junto al ex gobernador Jorge Busti mantuvieron en Olivos con Néstor Kirchner (ver página 12).

Con las buenas nuevas, el kirchnerismo terminó de definir su estrategia: “No vamos a pedir un cuarto intermedio, vamos a seguir hasta votar todos los artículos”, avisaron desde el bloque oficialista, convencidos de que la tarea le llevaría casi toda la madrugada. “Tenemos que hacerlo ahora que conseguimos el número”, se sinceraron.