Según Daniel Pucciarelli, copiloto del vuelo alquilado por E-narsa en el que llegó Guido Alejandro Antonini Wilson, todas las valijas que venían en el avión eran de un tamaño similar a la que contenía los 800 mil dólares. “Medianas”, las describió. Este testimonio vendría a poner en duda la supuesta existencia de otra valija con 4,2 millones mencionada por Antonini en el juicio en Miami. En todo caso, si había más dinero tendría que haber estado distribuido en distintas valijas. El testigo, además, dijo que el Gordo consintió delante suyo que la maleta le pertenecía.

Pucciarelli declaró como testigo ayer ante el juez en lo Penal Económico Daniel Petrone y la fiscal María Luz Rivas Diez. Ya lo había hecho en agosto año pasado. Esta vez, dio algunos detalles más sobre el trayecto que hizo el equipaje. Dijo que desde la terminal en Caracas hasta la pista de despegue fue trasladado por personal de la petrolera Pdvsa (el hangar era de esa empresa). Luego lo recibió él y lo cargó a la bodega del jet, que quedó llena aproximadamente hasta la mitad, y él mismo la cerró. También se encargó de abrir la bodega en Buenos Aires. Las valijas fueron entregadas a personal de la empresa aérea Royal Class, que las dejó a todas en un pasillo junto a la oficina de Aduana. Eran, a su entender, seis valijas y dos bolsos. “No había ninguna valija muy grande o muy chica. Ninguna sobresalía por su tamaño”, sostuvo.

De acuerdo con la versión de Pu-cciarelli, él se encargó de los trámites de migraciones, pero no presenció el control del equipaje. De todos modos, dijo que habría sido selectivo y se lo atribuyó al aduanero Jorge Lamastra. La ex agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria María Luján Telpuk había dicho que cuando se detectó la valija sospechosa le pidió a Pucciarelli que rastreara al dueño. El piloto, sin embargo, dijo que la única persona que lo convocó fue Lamastra, una vez que la valija ya había sido abierta en una mesa y estaba con todos los billetes a la vista. “¿Qué es esto?”, dijo que le preguntó Lamastra. Y él respondió –palabras más, palabras menos– “parece plata, dólares”. “La valija es del señor”, afirmó el aduanero señalando a Antonini, que estaba junto a Daniel Uzcátegui –hijo del ex vicepresidente de Pdvsa– y que no puso en discusión lo que se estaba diciendo.

La declaración de Pucciarelli parece haber aportado poco a la teoría de la segunda valija. Sólo reconfirmaría que era de Antonini. En estos días tramitan nuevas medidas de prueba, mientras la Cámara en lo Penal Económico analiza si revoca la falta de mérito del ex funcionario Claudio Uberti (responsable de los pasajeros del vuelo), a quien la Fiscalía considera partícipe de lavado y contrabando. Uberti, su ex secretaria y el titular de Enarsa Exequiel Espinosa fueron citados como testigo por la Justicia venezolana en una causa que tramita allí contra Antonini, pero en principio la fiscal Rivas Diez se opuso por encontrar defectos formales al pedido.