En la causa por la desaparición de Jorge Julio López no se investigará a la víctima. Así lo determinó el juez federal Arnaldo Corazza al rechazar el plan presentado por la Policía Federal que pretendía aplicar técnicas de “perfilación criminal centrándose en la persona de López”. Los organismos de derechos humanos querellantes habían solicitado que esta iniciativa fuera desestimada porque volvía a instalar la lógica de “algo habrán hecho” y hacía “recaer la culpabilidad de su propia suerte en la víctima”, además de poner en duda la razón de la ausencia del testigo.

La Policía Federal había propuesto hacer una “autopsia psicológica”, entendida como una exploración psicobiográfica de las conductas y vida anímica del testigo desaparecido hace dos años, con el fin de establecer las causas de su ausencia “voluntaria o involuntaria”. Pensaba hacerlo con la policía judicial de Córdoba, la Gendarmería y la Policía de Investigación Criminal Alemana (BKA), y se iba a centrar en las “características de la personalidad de López, círculos de relación, hábitos y costumbres a fin de reconocer posibles indicadores para sospechar los motivos de su ausentismo”. También pretendía evaluar su estado mental y si estaba en condiciones de “reconocer situaciones de riesgo”.

Corazza consideró que “esta tarea es un exceso manifiesto, máxime cuando el dominio de su conducta y decisiones nunca han sido puestas en duda ni por sus familiares y/o allegados”. Pero más grave aún le pareció el planteo de la Policía Federal de usar técnicas psicológicas “que permitan inferir la veracidad o falsedad de las declaraciones testimoniales prestadas por el señor López, cuestión que se encuentra absolutamente excluida del objeto de la presente causa”. En el escrito al que tuvo acceso PáginaI12, el magistrado argumentó que en lugar de hacer un perfil psicológico del testigo “deberíamos trabajar en la determinación del perfil del delincuente, en el análisis de los grupos que pudieran estar beneficiados por esta desaparición, de las personas y sus entornos mencionadas por López en sus declaraciones, de sus comunicaciones, etcétera”.

En este sentido, el juez resolvió que si habrá de realizarse un perfil será criminológico, es decir, sobre quiénes pudieron haber secuestrado a López, y para eso envió una consulta a la Facultad de Psicología de la UBA. Aunque los cuestionó por la “controversia” que mantienen con la querella de la familia de López, Corazza tomó las inquietudes de los querellantes de Justicia Ya! respecto de mantener la investigación orientada hacia la hipótesis de que López desapareció por su rol como testigo en la causa que condenó al represor Miguel Etchecolatz.

El juez había rechazado también un pedido de los abogados de la familia para que los funcionarios judiciales que intervinieron en aquel proceso y las abogadas de López fueran investigados por no haber previsto su protección. La apelación de esa decisión recayó en los camaristas platenses Alberto Durán y Alicia Di Donato, ambos ya recusados por la querella de Justicia Ya!