Un conflicto gremial entre la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y los delegados en el subte derivó en una huelga de 24 horas para mañana, que afectará a las cinco líneas de trenes subterráneos y el Premetro. La Secretaría de Transporte le exigió a la concesionaria Metrovías que garantizara la prestación del servicio.

El detonante fue el llamado de la UTA a elecciones gremiales internas, justamente para mañana. Los representantes de base de los trabajadores del subte acusan a la conducción gremial de ser “un grupo cuasi mafioso” y de actuar en connivencia con la empresa. Denuncian irregularidades en el proceso electoral y reclaman su suspensión: “Se trata de un nuevo atropello a los derechos de los trabajadores, fundamentalmente después del fallo de la Corte Suprema de Justicia. La convocatoria de la UTA es ilegal y amañada y confiamos en la intervención del Ministerio de Trabajo”, dijo Roberto Pianelli, uno de los delegados, quienes advirtieron que, además de “paralizar el subte”, podrían intentar interrumpir las elecciones.

No obstante, el titular del sindicato, Roberto Fernández, confirmó que los comicios se llevarán a cabo de 6 a 22: “Si quieren impugnar las elecciones tienen todo el derecho a hacerlo, recurriendo al Ministerio de Trabajo, donde la UTA presentó en tiempo y forma el padrón de afiliados habilitados”. La cartera laboral no emitió ningún pronunciamiento sobre la controversia.

En ese contexto, Transporte exigió a Metrovías que garantice la prestación del servicio de subterráneos con el cronograma habitual y amenazó con tomar medidas “administrativas y/o legales”. La concesionaria se desvinculó del conflicto y estimó que el paro “es un atropello al millón y medio de usuarios que diariamente utilizan el subte”.