Al ritmo de los bombos y los cánticos peronistas, Francisco de Narváez y Felipe Solá encabezaron el lanzamiento del comando de campaña de Unión-PRO en Monserrat. El acto sirvió como excusa para que su organizador, el titular del gremio de los peones de campo, Gerónimo “Momo” Venegas, pusiera en primer plano la candidatura de Claudia Rucci, hija del jefe de la CGT asesinado José Ignacio Rucci. “Todos sabemos que Kirchner no es peronista, la gente no le cree más”, arremetió Rucci en su debut político.

La actriz devenida candidata fue presentada por Venegas como la tercera en la lista de los peronistas PRO, aunque en la negociación ese lugar dista de estar acordado. Las rispideces con Mauricio Macri se hicieron notar en el acto de presentación del comando de campaña de Unión-PRO: fue llamativa la ausencia de dirigentes del PRO, que reanudaron ayer las negociaciones por las listas electorales (ver aparte). “El acto era muy peronista para ellos”, bromeó uno de los concurrentes al acto, que por supuesto empezó y terminó con la marcha peronista, precedida por el Himno Nacional. Como corresponde a un acto tradicional, Venegas arrimó una multitud que se apretujó en el local de campaña en Monserrat, que será utilizado de ahora en más principalmente por la tropa de Solá, mientras De Narváez continúa usando sus coquetas oficinas de Las Cañitas.

“No hacemos una elección para que pierda el kirchnerismo, sino para que gane la Argentina”, sostuvo De Narváez. Solá, por su parte, dijo que si ganan, no harán una oposición cerrada en el Congreso nacional y provincial. “No vamos a alterar la institucionalidad, así que nos pueden dejar ganar tranquilos”, se sonrió.

Sin embargo, Rucci fue la estrella del acto de centroderecha. El “Momo” Venegas fue el encargado de presentarla como la tercera en la lista, un lugar que ella dijo que ya tiene asegurado. La candidata –que tuvo un raid mediático ayer– representa para la tríada de centroderecha la contracara del discurso sobre los crímenes de la última dictadura: la hija de una víctima de la subversión. “Estoy segura de que me van a atacar de todos lados. Pero pensé: ¿qué más daño me pueden hacer a mí que el que ya me hicieron?”, se preguntó ayer, antes de mencionar a su padre. “Voy a defender a los trabajadores por los que él entregó su vida y voy a seguir su legado”, juró. Sobre Kirchner, apuntó que un peronista “no necesita ir a Tartagal para darse cuenta que hay indigencia”.