El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, negó que exista una enfrentamiento entre la Iglesia y el Gobierno, aunque reclamó a todos los sectores sociales bajar el nivel de “crispación”. “No hay ningún alejamiento (del Gobierno)”, respondió Bergoglio cuando lo consultaron sobre su relación con la Casa Rosada. “No me meto en política partidista. Rezo todos los días por los gobernantes, como demanda el Señor. Ellos cuentan con mi oración y pido para que cada día lleven adelante la vocación de servicio que les compete”, explicó el cardenal, quien suele mantener diálogos con algunos dirigentes políticos como Elisa Carrió o Gabriela Michetti. Bergoglio le restó importancia a los cruces entre oficialistas y opositores a propósito de las elecciones. “Siempre se pelean. La chicana es normal, es parte del juego político”, aseguró.