EL PAíS › FABIO BASTEIRO, CANDIDATO A LEGISLADOR PORTEñO POR PROYECTO SUR
› Por Miguel Jorquera
Fabio Basteiro es el primer candidato a legislador porteño por Proyecto Sur y uno de los dirigentes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) diseminados en distintas boletas electorales. Sin embargo, asegura que la central sindical no está fracturada por la opciones políticas de sus dirigentes porque los une “la defensa de los intereses de clase”. Cuestiona los resultados del modelo kirchnerista y critica la gestión “demagógica” de Mauricio Macri que “maneja el gobierno como una empresa propia” y el Banco Ciudad “como una mesa de dinero”.
–No debe ser fácil explicar cómo dirigentes de la CTA Capital son candidatos en distintos frentes electorales. Algunos, como usted, en un frente opositor y otros, como Tito Nenna en el kirchnerismo porteño.
–En Proyecto Sur nos definimos como una nueva expresión que plantea poder coincidir con diferentes experiencias políticas para unificar criterios y una agenda de temas que resuelvan los problemas más urgentes de nuestra sociedad. No somos pro ni anti algo, sino que proponemos junto con los sectores populares conformar una nueva experiencia política de liberación nacional. Respecto de la CTA, no está dividida. Fue creada hace 17 años en defensa de la democracia sindical, independientemente de que cada uno de sus integrantes tenga distintas opciones partidarias. Nos une ideológicamente el proyecto de la Central y la defensa de nuestros intereses de clase, aunque tengamos miradas diferentes la CTA es autónoma del Estado, los empresarios y los partidos políticos.
–Pero sus dirigentes son candidatos en proyectos políticos diferentes.
–Tiene que ver con la agenda política, pero la Central defiende intereses de clase. Por eso el 27 de mayo paramos para reclamar por la asignación universal para menores de 18 años, por el seguro de desempleo, por la suspensión por 180 días de los despidos, por democracia sindical. Todos temas votados en congresos nacionales de la CTA. Podemos tener lecturas políticas diferentes en esta etapa pero no somos enemigos sino compañeros de clase. Por eso nos fuimos de la CGT hace 17 años porque nunca compartimos sus metodologías que van en contra de los trabajadores.
–¿Todos comparten las críticas al gobierno nacional?
–No creemos en este modelo económico y político que deja 14 millones de pobres, de los cuales el 5 por ciento son indigentes. Donde 74 por ciento de los jubilados cobran la mínima y el 94 por ciento está por debajo de los índices de pobreza y la mitad de los trabajadores no están registrados, con empleos en negro o marginales.
–¿Y con Macri?
–En la caracterización que hacemos en Proyecto Sur sobre el gobierno de Macri afirmamos que maneja la ciudad como una empresa y el Banco Ciudad como una mesa de dinero. Macri no explica nada en la campaña de sus proyectos, sólo declama un discurso efectista y demagógico que amenaza el patrimonio de la ciudad y las libertades públicas.
–¿Cuáles son las propuestas de Proyecto Sur para la ciudad?
–Descomercializar la educación pública, elaborar un plan de seguridad para toda la región metropolitana y propiciar un aumento del control sobre la tenencia de armas de fuego. El llamado a elecciones y puesta en funciones de las comunas, la necesidad de implementar un transporte para todos, la erradicación y reubicación de las villas, que se cumpla la ley 341 de reordenamiento territorial y no que favorezca negocios inmobiliarios. En Salud, implementar la producción pública de medicamentos y abastecer de insumos a los hospitales, que deberían funcionar de sol a sol y no como ahora con horarios limitados.
–Los gremios nucleados en la CTA ya se enfrentaron a Macri. ¿Por qué?
–Porque Macri no respeta la ley y hace peligrar las libertades públicas. El año pasado la Justicia le exigió a Macri que cumpla con la ley 105 contra la desnutrición, que sólo le pide que realice un mapeo, un diagnóstico, para saber cuál es la situación. Pero a pesar de tratarse de un gobierno con capacidad económica como para llevarlo a cabo y poner en marcha soluciones, la decisión de Macri fue apelar la decisión judicial para no hacer nada. Lo mismo hizo cuando la Justicia le ordenó hacer un censo de trabajadores cuando Macri quiso echar a 3400 trabajadores. Tampoco lo hizo, arregló con uno de los sindicatos, el Sutecba, y la Justicia procesó a los trabajadores que nos movilizamos en contra de los despidos y ahora tres dirigentes, entre ellos yo, tenemos que afrontar un juicio oral y público por nuestro reclamo gremial.
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