EL PAíS › DE NARVAEZ, SOLA Y MACRI, A LOS TUMBOS POR LAS COLECTORAS
Tras belicosas negociaciones, los aliados habían logrado armar las listas distritales con candidatos de cada sector. Pero al momento de oficilializarlas sólo quedaron las de De Narváez, las otras se “extraviaron”. Solá y PRO, en pie de guerra.
› Por Werner Pertot
A casi tres semanas del cierre de listas, Unión-PRO consigue mantener la amenaza de la ruptura con sorprendente eficiencia. En ese tiempo, hubo negociaciones en las oficinas de Francisco de Narváez para bajar las colectoras y llegar a listas unificadas. Pero cuando se presentaron en la Justicia, se “extraviaron” las boletas consensuadas y se oficializaron las colectoras con un ciento por ciento de candidatos de De Narváez. Los que quedaron afuera se están organizando y prometen que “se viene un quilombo importante”. Son del macrismo y del espacio de Felipe Solá, que planteó tanto en público como en privado ante su socio De Narváez que quería más protagonismo y “más peronismo” en la campaña. El empresario le contestó con una gira de dos días en la que incluyó a Gabriela Michetti y no a él.
“Yo vine a este espacio para acercar al peronismo. Pero ustedes me dejan en los lugares más alejados de la agenda y fuera de los spots de la televisión”, se quejó Solá ante De Narváez durante una gira que hicieron los dos el martes por el interior de la provincia. De hecho, en el spot conjunto con Michetti ella habla de “una ciudad”, De Narváez de “una provincia” y le tocó a Mauricio Macri hablar de “un país”. De Solá, no hay noticias. El ex presidente Eduardo Duhalde dejó trascender que no está de acuerdo con la decisión de “desperonizar” la campaña y excluir a Solá.
El ex gobernador también cargó contra el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, quien afirmó que “los números de Felipe no son tan buenos como los de Macri y De Narváez, aunque su conexión con la red de punteros va a ayudar”. En privado, Durán Barba recomendó dejarlo fuera de las recorridas principales y los spots. “Siempre ponen su opinión, pero no ponen el cuerpo en la calle. Además, no conocen la provincia, sino la Capital”, se enfureció Solá. Como muestra de su enojo, el ex gobernador pegó el faltazo a la presentación de los candidatos en La Plata el jueves.
Más allá de las frases de ocasión de De Narváez (“Solá es un compañero”), los hechos son la respuesta más contundente: el empresario anunció una gira por cinco ciudades del interior de la provincia en la que estará Michetti, pero no Solá. “No hay quiebre, hay opiniones distintas”, se atajó Macri. En su entorno opinan que Solá “tendrá que acatar lo que le dice la mayoría” (es decir, sus dos socios y el asesor ecuatoriano común a ambos). “Solá quiere peronizar más la campaña, pero nosotros imaginamos una campaña más PRO”, sentenciaron. Algunos imaginaban que la interna se resolverá con un nuevo encuentro de los tres líderes.
Por si hacía falta más tensión, la Justicia dio por caídas las listas de Unión-PRO de San Isidro, San Fernando, Pilar, Malvinas Argentinas y Avellaneda, entre otros. En su lugar, se oficializaron boletas que no incluyen a los candidatos de PRO y de Solá. El día del cierre el apoderado de PRO pidió una prórroga, porque aseguró que se le perdieron las listas. “Quédense tranquilos”, le dijo a los dirigentes, que siguieron negociando sobre el supuesto de que el juez Manuel Blanco les había dado esa prórroga, algo que no ocurrió: cuando el apoderado presentó las listas unificadas el magistrado las rechazó, por estar fuera de término.
Los heridos de los distintos partidos empezaron a agruparse en una corriente todavía sin nombre, pero que supera en cantidad y relevancia al extinto “PRO disidente”. Apoyados por algunos diputados del bloque nacional, que aún no hicieron público su descontento, los principales referentes de ese espacio son el secretario de PRO bonaerense Walter Tejedor y el dirigente de San Fernando Sebastián Isabella, que iba a encabezar la lista de concejales de ese distrito. Isabella incluso hizo un importante aporte de dinero para la campaña y ahora deberá ver cómo lo usufructúa Luis Andreotti, el candidato de De Narváez.
“Teníamos todo preparado para una excelente elección”, se lamentó Isabella. “Hay responsabilidad de los dirigentes. Un gran responsable es el apoderado. Los que salimos perdiendo fuimos la lista de PRO y los de Felipe. Terminó siendo un 70 por ciento para De Narváez y 15 para cada uno de los otros dos”, advirtió el dirigente ante Página/12.
Los que quedaron afuera estaban todos ayer en La Plata respirándole en la nuca al apoderado de PRO Julio Garro, que presentó una apelación a la junta electoral para que acepte las listas que se habían consensuado. Como los plazos están vencidos, hay pocas posibilidades de que lo consideren.
“Lo que resuelva la junta estará bien. Algunas listas se extraviaron. Y si no están, no están”, sostuvo Torello ante este diario. “La conducción se hace cargo de lo que pase”, dijo con mucha calma, un clima que no predomina entre los macristas bonaerenses. “El día del cierre firmaron cualquier colectora que andaba volando. Y ahora Torello y Jorge Macri nos en-tre-ga-ron. Vamos a pedir sus cabezas”, bramaban desde el sector desplazado.
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