El gobierno nacional enviará al Congreso un proyecto de ley para indemnizar y reparar a las víctimas de las explosiones en la fábrica militar de Río Tercero, Córdoba, ocurrida en 1995. El anuncio, durante el acto de reactivación de la planta industrial, lo formuló ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien precisó que los beneficios alcanzarán “a todos aquellos que sufrieron la pérdida de seres queridos, lesiones o daños materiales y psicológicos”. Poco antes de la llegada de la comitiva oficial, un centenar de productores rurales se movilizó hasta la unidad militar en protesta por la negativa de la Presidenta a recibirlos y le entregó un petitorio a un funcionario.

La lluvia complicó la organización del acto y obligó a trasladar el palco a un galpón repleto de maquinarias, que fue desbordado por más de dos mil personas. El principal ausente fue el gobernador Juan Schiaretti, molesto por no haber recibido una invitación formal, aunque fue convocado a través de una comunicación telefónica. Sí estuvieron presentes el intendente de Córdoba, Daniel Giacomino, y su par de Villa María, Eduardo Accastello, candidato del kirchnerismo para las elecciones de junio.

“No vengo a hablar de un hecho desgraciado, sino a ejercer el derecho de reparación por partida doble. Ese segundo hecho es el de comprometerme a poner nuevamente en marcha este verdadero bastión de la Córdoba industrial, esta fábrica que, junto con la de Villa María, la Fray Luis Beltrán en Santa Fe y la de Azul, constituye el testimonio de lo que fue la idea de un país que debía centrar su modelo económico y político en la producción y el trabajo industrial”, dijo Fernández de Kirchner.

La Presidenta explicó que las inversiones para reactivar industrias como la cordobesa “nos está permitiendo llevar adelante, con Yacimientos Carboníferos Fiscales en el sur, un proceso de sustitución de importaciones para llevar la producción de cartuchos a los 2.120.000, lo que es estratégico también para un proyecto de defensa nacional”.

“Cuando veo el desarrollo que habíamos alcanzado y que nos había convertido en la década de los ’50 en el país más avanzado de América latina y veo por otra parte el tiempo que hemos perdido en enfrentamientos y discusiones estériles, es que quiero convocarlos a esta gesta para recuperar nuestras mejores tradiciones, vinculadas a la producción y al trabajo y que ha sido el modelo que desde 2003 nos ha permitido generar millones de puestos de trabajo”, concluyó.

El atentado, ocurrido hace trece años tuvo un saldo de siete muertos y más de trescientos heridos y sirvió para ocultar un faltante de 35.576 proyectiles, municiones y explosivos. También para borrar huellas centrales de la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, por la que ningún funcionario ni militar fue aún condenado.