EL PAíS
› LOS PLANES DE REELECCION DE ANIBAL IBARRA
Con tiempo para pensarlos
› Por Santiago Rodríguez
No hace muchos meses Aníbal Ibarra anunció que estaba decidido a pelear su reelección, pero el inminente lanzamiento de campaña que muchos imaginaron entonces terminó diluyéndose con el correr del tiempo. No es que Ibarra haya cambiado de decisión, sino que las cosas cambiaron. Ahora la demanda por la renovación de todos los mandatos no es tan firme como en aquellos días y el jefe de gobierno porteño llegó a la conclusión de que las elecciones en la Capital se inscriben en el escenario “postelectoral” nacional. Con la ventaja que le da ser quien tiene la llave para definir la fecha de los comicios en el distrito y en vistas de la indefinición del calendario de las presidenciales, Ibarra evalúa convocarlos recién para septiembre u octubre próximos y resolvió no apresurar sus pasos.
Allá por julio, Ibarra ratificó que daría la pelea por un nuevo mandato. Eduardo Duhalde había anunciado en los días previos la convocatoria a internas abiertas para el 15 de diciembre y las presidenciales para el próximo 30 de marzo e Ibarra creyó conveniente entonces no demorar tampoco el proceso en la Capital. Fue también por esa época, y en sintonía con el reclamo de “que se vayan todos”, que el jefe de gobierno se asoció con Elisa Carrió y el gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner para impulsar un frente a favor de la caducidad de todos los mandatos.
Así como aquella sociedad quedó en la nada, poco avanzó la campaña de Ibarra. La diferencia entre uno y otro caso fue que el frente con Kirchner y Carrió se diluyó a los pocos días de ver la luz, porque cada uno volvió a transitar su camino por separado y la campaña del porteño ni siquiera arrancó por decisión del propio interesado.
Lo que llevó a Ibarra a demorar su lanzamiento fue el cambio del escenario político nacional que originó la interminable interna del PJ, que amenaza con dejar definitivamente en el recuerdo en cronograma electoral. La lectura que hacen en el gobierno porteño es que difícilmente las presidenciales se hagan el 30 de marzo y que aunque lo fueran, en la ciudad es preferible convocar a elecciones entre septiembre y octubre para ver cómo se reacomoda el tablero político.
Desde un primer momento Ibarra apostó a convertirse por decantación en el candidato del progresismo de la ciudad. En ese marco la mejor carta de presentación era forjar una sociedad con Carrió. Sin embargo, el jefe de gobierno y sus colaboradores dan prácticamente por muerta esa alternativa, sobre todo después de que en el cierre del acto de presentación del ARI en la Capital la chaqueña subiera a Eduardo Jozami –un declarado aspirante a la Jefatura de Gobierno– al escenario y dijera que no estaba en sus planes formar una “alianza partidocrática” en el distrito.
El desaire no preocupó en demasía porque en el gobierno porteño creen que finalmente la performance de Carrió en las presidenciales no será descollante y porque los socialistas –base de la estructura del ARI en la ciudad– distanciados del ARI, van a jugar su propio juego en el distrito y consideran a Ibarra como la mejor opción electoral.
En las últimas semanas los socialistas visitaron más de una vez al jefe de gobierno en su despacho. Por allí pasaron, por ejemplo, el titular del partido en el distrito, el legislador Raúl Puy, y Norberto La Porta, a quien propusieron para secundar a Ibarra en la fórmula. La posibilidad de cerrar un acuerdo con los socialistas cobra cada día más fuerza y si bien en el entorno de Ibarra sostienen que “lo del vice está en stand by porque todavía falta mucho”, la idea de tener a La Porta como segundo no les parece descabellada porque implicaría una alianza con el socialismo.
La Porta –a quien curiosamente Ibarra secundó como candidato a vice en las elecciones a jefe de gobierno que el socialista perdió a manos de Fernando de la Rúa en 1996– no es la única opción. Aunque aún mantiene formalmente al radicalismo en su gobierno, Ibarra no quiere volver a cerrar trato con ese partido en pleno y, aunque quisiera, tampoco podría hacerlo: conocidos son los contactos que Enrique “Coti” Nosiglia y RafaelPascual mantuvieron con Mauricio Macri y en algún momento Jesús Rodríguez alentó el lanzamiento de Rodolfo Terragno en el distrito. Con el sector que no tendría problemas en prolongar su sociedad es con el que encabeza el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Caram, de cuya disposición a acompañar a Ibarra en la fórmula nadie duda.
Rafael Bielsa también pasó por el despacho de Ibarra en los últimos meses. Como candidato a jefe de gobierno por GESTA, lo hizo para sellar un pacto de no agresión durante la campaña –ambos coincidieron que llegada esa instancia el adversario común será Macri– y no para ofrecerse como vice. De todos modos, los colaboradores de Ibarra se quedaron con la impresión de que la puerta a esa posibilidad no está cerrada.
En la nómina de posibles vices también se anotaron peronistas como el secretario de Cultura porteño, Jorge Telerman, o el legislador Carlos Campolongo. Sin embargo, el peronista con el que mejor relación ha forjado Ibarra en estos meses es con el propio Duhalde, quien en los días posteriores a que Carlos Reutemann abandonara la carrera presidencial llegó incluso a decirle que si se postulaba a presidente contara con su apoyo. En otra reunión que ambos mantuvieron desde entonces, Duhalde también le aseguró que no estaba en sus planes apoyar a Macri en la ciudad. Como prueba del buena sintonía que existe, los funcionarios de Ibarra destacan el acuerdo alcanzado esta misma semana con la Nación para soterrar las vías del ferrocarril Sarmiento y desarrollar en su lugar el Corredor Verde del Oeste, una obra de alto impacto en la ciudad.
Aunque no avanzó en su campaña, Ibarra va dejando puertas abiertas para el día de su lanzamiento definitivo. Su estrategia consiste en esperar porque cree que ni aún quien gane las elecciones presidenciales saldrá del todo fortalecido y eso le dará mejores condiciones para negociar.