EL PAíS › JULIO PIUMATO, CANDIDATO A DIPUTADO POR EL ENCUENTRO POPULAR PARA LA VICTORIA
› Por Martín Piqué
Julio Piumato es el tercer candidato a diputado nacional del Encuentro Popular para la Victoria, la coalición porteña que encabeza Carlos Heller. Secretario de Derechos Humanos de la CGT, dirigente del gremio de judiciales, Piumato no suele hablar de su pasado como preso político de la dictadura. Estuvo detenido desde el 1º de junio de 1976 hasta el 24 de diciembre de 1982. En aquellos años, era delegado general del fuero civil en el gremio –que tiene 17 desaparecidos– y militaba en la Juventud Peronista vinculada con la Tendencia. Pasó más de un lustro entre la Superintendencia de Seguridad Federal, el penal de Villa Devoto, la Unidad 9 de La Plata y la cárcel de Sierra Chica. En esta entrevista, Piumato se acuerda de otro peronista que a su modo también fue víctima de la dictadura: el cineasta Pino Solanas, que perseguido por la Triple A y la dictadura se exilió en París. “Es doloroso que Pino Solanas sea funcional a los que quieren debilitar a este gobierno”, dice.
–Hay encuestas que marcan que Heller no está captando el voto histórico de los sectores populares del sur de la ciudad. Incluso hay quienes sostienen, me refiero por caso a Artemio López, que Pino consigue más apoyo entre los peronistas de la ciudad que el propio Heller.
–La lista no es sólo Heller. La nuestra es la lista más peronista, porque defiende al único gobierno peronista que hubo en la Argentina desde la muerte de Perón. Porque peronista no es sólo decirlo. No es peronista el que se proclama peronista, sino el que practica la unidad latinoamericana, la soberanía política, la justicia social y la independencia económica. No- sotros sentimos una cosa muy diferente a lo que dicen esas encuestas. Pero evidentemente hay una intención de darle protagonismo a Pino Solanas en los medios. Es una forma de debilitar al Gobierno. Se lo debilita por derecha y se lo debilita por izquierda. A Pino le contestó bien Norberto Galasso parafraseando a Scalabrini Ortiz. Dijo que la opción en la Argentina no es Cristina Kirchner o el Arcángel San Miguel, sino Cristina Kirchner o Cavallo. Digámoslo claro: lo que debilita a Cristina Kirchner fortalece al neoliberalismo.
–¿Cuáles serían las primeras leyes que promovería en Diputados?
–Las leyes que consagren mayores derechos para los trabajadores. Tenemos que derogar las leyes que quitaron derechos a los trabajadores durante la dictadura militar. Un ejemplo es la 20.744, la Ley de Contrato de Trabajo. Esa ley tiene 29 artículos derogados y más de 100 cercenados por la dictadura. A 25 años de la recuperación de la democracia no puede tolerarse que ninguna ley de la dictadura siga vigente. La ley 20.744 es la ley que hizo (el abogado de la CGT Norberto) Centeno, al que después la dictadura secuestró y mató. En 1983 los argentinos recuperamos los derechos civiles y políticos, pero no recuperamos los derechos laborales que habían sido quitados por la dictadura. Todavía.
–¿Qué evaluación hace del hecho de que las listas kirchneristas hayan crecido en representación sindical?
–Hoy hay más trabajo. Y al haber más trabajo, las organizaciones sindicales son más fuertes. Frente al ataque de las corporaciones del poder económico, las organizaciones sindicales se han convertido en una de las principales apoyaturas de este proceso. Entonces es justo que haya un crecimiento en la participación sindical.
–¿Cómo será la correlación de fuerzas en el Congreso después del 28 de junio?
–No me imagino muchas modificaciones. Igual aún no está definida la correlación de fuerzas que saldrá de las elecciones. Todo depende de la acción que desarrollemos estas semanas. Sobre todo en la ciudad, donde la confusión y la indefinición son muy amplias. Lo que sí está definido es qué es lo que se está decidiendo: están los que quieren volver al pasado y los que queremos una Argentina inclusiva. Los que no tienen claro esa confrontación están confundidos. A la oposición a veces se le escapa lo que harían si llegaran al poder. Quieren volver a los ’90. Lo han dicho Macri y Prat Gay. Quieren volver a las privatizaciones, al FMI, para que nos manejen por control remoto desde allí. Y eso sin contar lo que dice De Narváez, que plantea devolver las retenciones al campo y que el bajón fiscal se compense con ajuste.
–¿Cómo evalúa la reacción que produjo la compra de nuevos aviones para Aerolíneas? ¿O la entrega de un préstamo con dinero de la Anses para General Motors?
–Es la máquina de impedir, siempre están en contra. No quieren ver que estas decisiones responden a una política de desarrollo. Los fondos de la Anses se están usando para proteger el trabajo argentino. No sólo porque sigue funcionando la fábrica de General Motors, sino porque obliga a que aumente el componente nacional de cada unidad, con lo cual se reactivan las fábricas de autopartes. Y la compra de aviones para Aerolíneas es fundamental. Nos querían dejar desconectados como Nación. No me sorprende, porque son partícipes del modelo de Cavallo, que decía que en el país había provincias que eran inviables económicamente.
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