EL PAíS › LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO QUE FORMARON UNA CONFEDERACIóN
Tres mil cooperativas de trabajo de todo el país crearon una confederación para reclamar medidas por la autogestión. La nueva entidad representa a 30 mil trabajadores de ese sector.
› Por Laura Vales
En la Argentina, las cooperativas de trabajo siempre fueron marginales dentro del cooperativismo. A partir de 2001, con la recuperación de fábricas, ese panorama comenzó a moverse; primero se sumaron a las empresas recuperadas las cooperativas que los movimientos sociales fueron creando en los barrios, luego y en un número mayor las cooperativas de construcción formadas por los planes de obras públicas del Gobierno. En este camino, en los últimos ocho años se formaron así unas cinco mil cooperativas de trabajo, de las que surgió como un nuevo actor la figura del trabajador autogestivo.
José Sancha y Fabio Resino reseñan el proceso en una oficina del Hotel Bauen, al explicar cuál es el sentido de la recién creada Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), la primera organización que reúne a cooperativas de trabajo de todo el país.
La CNCT se formó con unas tres mil cooperativas en las que trabajan aproximadamente 30 mil personas. La intención es conseguir la aprobación de leyes que los reconozcan con sus características propias (por ejemplo son trabajadores sin patrón pero que necesitan de protección social como cualquier otro trabajador) y conseguir medidas de gobierno que fortalezcan al sector.
En la asamblea fundacional de la CNCT, que se hizo en la ciudad de La Plata con delegados de todo el país, Sancha fue elegido su presidente. Hasta hace poco era un funcionario del kirchnerismo en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), lo que lo convierte en una de las personas que mejor pueden responder qué hizo el gobierno y que no por las cooperativas de trabajo.
Contesta Sancha: “Apoyo hubo, indudablemente. Nosotros entendemos que no es lo mismo cualquier gobierno, necesitamos gobiernos que apoyen, que distribuyan y que favorezcan la industrialización. Este gobierno dio grandes pasos tanto al crear las cooperativas para las obras públicas como en la ayuda que le dieron a las cooperativas a través del Inaes y del Ministerio de Trabajo; sin embargo, faltó una política integral para la economía social”.
Resino, del Hotel Bauen, completa el diagnóstico. “No tenemos todavía normativa legal. Nosotros, por ejemplo, tenemos que pagar monotributo para poder trabajar, no podemos acceder a tener ART ni obra social, ni jubilación.”
¿Por qué plantean que no hay normativa si existe una ley de cooperativismo? Sancha explica que la ley está hecha para el intercambio de bienes y servicios. “En la Argentina la mayoría de las cooperativas son de servicios. Para poner un ejemplo, en una cooperativa de energía eléctrica los socios son quienes reciben el servicio, son socios que tienen empleados. En el caso de las cooperativas de trabajo el socio es el trabajador. La ley de cooperativismo no reglamente las condiciones laborales; este es un bache que hay que llenar.”
Un panorama del sector y sus integrantes debería incluir los siguientes puntos:
- Empresas recuperadas: La novedad es que como efecto de la crisis financiera global se generó una nueva oleada de recuperación de fábricas. Envases del Plata, Arrufat, Indugraf, Febatex, son algunas de ellas. “Es una tendencia, una nueva camada, pero la diferencia para ésta es que hoy el país no crece al 9 por ciento, por lo que los trabajadores tienen no sólo el problema legal de la recuperación, sino el de hacer funcionar la fábrica en un mercado más difícil. Si nosotros tuviésemos que recuperar ahora al Bauen y no hace seis años, ponerlo en marcha nos costaría mucho más.”
Las recuperadas tienen por otra parte un problema crónico: el Estado pagó muy pocas de las indemnizaciones a los antiguos dueños de las empresas, una medida imprescindible para la expropiación. Este es un dato que ilustra la falta de una política de Estado, ya que hombres del mismo partido que sanciona una ley de expropiación luego no la pagan, con lo que habilita a los antiguos dueños a iniciar demandas judiciales para que les devuelvan las máquinas y edificios expropiados.
- Cooperativas de la construcción: Creadas de 2003 en adelante para hacer obras públicas del Ministerio de Planificación (viviendas, tendidos de agua y de la red cloacal, entre otros) ahora reclaman que el Gobierno les dé prioridad para acceder a nuevos trabajos de obra pública. Sucede que les ponen muchos requisitos para presentarse a una licitación, con lo que las constructoras privadas quedan en ventaja. Y se da el caso de luego las privadas subcontraten para hacer la obra a una cooperativa. Otra situación que genera quejas es la falta de continuidad en el trabajo; según contaron los entrevistados, los últimos programas de Planificación armaron cooperativas nuevas y dejaron colgadas a las ya formadas.
- Cooperativas de trabajo tradicionales: Prácticamente todas producen para el mercado interno y están atadas a su suerte. Entre las afectadas por la crisis internacional están las autopartistas, las metalúrgicas y las dedicadas al turismo. Por su escaso poder de negociación, quedan afuera de los planes de asistencia oficiales que reciben las grandes empresas.
La campaña electoral llevó un poco de agua –o su promesa– al molino del sector. Hace una semana, luego de una visita de Cristina Fernández a una fábrica recuperada, Néstor Kirchner anticipó que el Frente para la Victoria estudiará la modificación a la ley de quiebras, un reclamo histórico de los trabajadores.
La ley actual ordena al juez que ante una quiebra haga el inventario de los bienes de la empresa y los subaste para pagar a los deudores; en este procedimiento las empresas se desguazan. El movimiento de recuperadas pide en cambio que ante una quiebra se dé prioridad a los empleados por sobre los acreedores, para que puedan comprar la fábrica con sus créditos laborales.
“La modificación sería muy favorable, porque muchas recuperadas estarían en condiciones de comprar su quiebra”, señala Resino, quien aclara que aún más importante es que se sancione una ley nacional de expropiación, ya que “en muchos casos los edificios y máquinas son demasiado caros para poder comprarlos con los créditos laborales”.
Para Resino, que el tema de la ley de quiebras haya sido instalado en la campaña por el kirchnerismo “es un reconocimiento que al mismo tiempo habla de la falta de una política de Estado, porque la modificación no fue tratada en los seis años que llevan gobernando con mayoría en el Congreso”. ¿Hubo otros candidatos que se ocuparan de las cooperativas? “Hay candidatos que nos apoyan en los hechos, como Carlos Heller y también Martín Sabbatella. El en Morón viene impulsando la economía social con un trabajo serio. Pino Solanas también nos ha apoyado siempre, como los candidatos de la CTA, que tienen la federación de trabajadores autogestivos ANTA. En el Acuerdo Cívico, Carrió tiene algunos dirigentes cooperativistas como Toty Flores, pero no son figuras predominantes ni la política de la Coalición Cívica apunta a desarrollar el cooperativismo, sino que por el contrario han dado su apoyo a los grandes empresarios, como se vio en la pelea por el campo. Queda el macrismo que, desde ya, no nos ha apoyado en absoluto. Es más, el programa de respaldo a las empresas recuperadas que empezó el gobierno de Aníbal Ibarra y continuó el de Jorge Telerman fue eliminado cuando asumió el macrismo.”
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