EL PAíS › ANíBAL IBARRA, CANDIDATO A DIPUTADO POR DIáLOGO POR LA CIUDAD
› Por Santiago Rodríguez
A menos de una semana de las elecciones, Aníbal Ibarra admite que fue un error no haber armado un frente que reuniera al progresismo porteño, pero confía en que la historia no se repetirá dentro de dos años, cuando haya que elegir jefe de Gobierno, y sostiene que el próximo domingo “el macrismo va a sacar muchos menos votos que en la primera vuelta del 2007”. El candidato a diputado de Diálogo por la Ciudad pronostica que hará un papel mejor al que le auguran las encuestas y critica a su hasta no hace mucho socio Carlos Heller, aunque dice no confundir a su adversario y señala que “sin duda es el macrismo”. “Es una falsa opción”, reflexiona acerca de la polarización entre Néstor Kirchner y Francisco de Narváez y afirma que el centroizquierda debe apostar a la candidatura presidencial de Hermes Binner en 2011.
–Hoy las encuestas muestran que si usted, Carlos Heller y Pino Solanas sumaran sus votos, estarían segundos y cerca del macrismo. ¿No considera que fue un error no haberse unido?
–Fue un error no juntarnos. Tengo para mí que hicimos mucho esfuerzo para hacer un frente más amplio e, incluso, yo puse mi candidatura a disposición para armar un espacio más amplio.
–O sea que usted responsabiliza a los demás.
–Heller quiso llevar el armado bajo la orgánica del gobierno nacional y que lo que se armara fuera la expresión del kirchnerismo, y Solanas decidió ir solo contra viento y marea.
–¿Qué impacto puede tener para la ciudad el amplio triunfo del macrismo que vaticinan las encuestas?
–Es una cuestión de coyuntura porque el espacio político progresista va disperso, pero no hay que perder de vista que el macrismo va a sacar muchos menos votos que en la primera vuelta del 2007; esto también significa un retroceso del propio oficialismo. Nuestra responsabilidad política pasa por dejar de lado las diferencias después del 28 y tratar de armar algo más amplio.
–¿A qué atribuye que el macrismo vaya a sacar menos votos?
–A la gestión, que no es buena; el gobierno de Macri está muy lejos de lo que mucha gente esperaba que fuera.
–¿Le sorprende la intención de voto que le atribuyen a Solanas?
–No. Expresa a sectores importantes que manifiestan disconformidad con el gobierno nacional y con el gobierno de la ciudad.
–Usted pone en dudas los números que le dan las encuestas ¿Qué intención de voto dice que tiene?
–A ver, digo que hay muchos indecisos y que hay poca, diferencia entre tercero, cuarto y quinto con lo cual nadie puede tener certezas de lo que va a pasar.
–¿Pero qué porcentaje de votos piensa que va a sacar usted?
–Mucho mayor al que muchos se imaginan.
–¿En qué medida piensa que lo afectó su fallido paso por Telenoche?
–Nadie puede saberlo porque en ese momento no había encuestas sólidas que reflejaran los posicionamientos políticos de la ciudad.
–¿Piensa que hay posibilidad de fraude?
–En Capital Federal siempre es más difícil, aunque muchos van a intentar hacer picardías. En provincia de Buenos Aires hay más posibilidad de torcer en un mínimo porcentaje lo que la gente exprese en las urnas porque la fiscalización requiere mucho esfuerzo.
–Adhiere, entonces, a lo que están planteando desde Unión-PRO y el Acuerdo Cívico y Social.
–Siempre hubo problemas con el conteo de los votos, no es novedad.
–¿De qué lado se para en el debate sobre la reprivatización de Aerolíneas y la vuelta a las AFJP?
–Del lado de un Estado que pueda intervenir para que no sean los grandes grupos económicos y el mercado quienes decidan el curso de los acontecimientos. Los que quieren volver todo hacia atrás o quieren un Estado ausente, pretenden que los grandes grupos económicos decidan la economía de Argentina y así aumentar sus ganancias. Esto no quiere decir que el Gobierno haya hecho todas las cosas bien, pero insisto: estoy a favor de un Estado que defienda lo público, que pueda achicar las desigualdades de la sociedad, que pueda intervenir sobre determinados aspectos de la economía y confronto con la posición del macrismo que quiere todo privatizado. En la ciudad se está haciendo una gran transferencia de recursos públicos al sector privado; Macri es una expresión de la derecha empresaria sentada arriba de un gobierno. Cuando se trata de redeterminaciones de precios, de recursos a favor de empresas, siempre hay plata; en cambio, para docentes o para educación pública, siempre falta; es un concepto ideológico que está en la vereda de enfrente al mío.
–¿Su adversario en estas elecciones es el macrismo o son Solanas y Heller?
–Sin duda es el macrismo.
–Pero usted no disputa el electorado macrista, sino el de centroizquierda.
–Puedo tener diferencias de coyuntura, pero no confundo a los adversarios: es el macrismo. Heller termina blanqueando al PJ y cosas con las que uno nunca estuvo de acuerdo, pero eso no hace que yo me confunda y pierda de vista que las políticas del macrismo son las de la derecha liberal, nostálgica de los ‘90, que utiliza al Estado para el enriquecimiento del sector privado.
–¿Cómo sintetizaría lo que ocurrió en estos dos años en los que pasó de estar con Heller aliados al kirchnerismo a quedar en veredas enfrentadas?
–No es el mismo Kirchner el que puso a Zaffaroni en la Corte y el que fue a buscar a Rico para las listas bonaerenses o terminó rodeado de los barones del conurbano; no es el mismo Kirchner el que se plantó frente a los acreedores externos y el que amplió el negocio de Cristóbal López en el juego.
–Usted dijo que se quedó con bronca por no estar en el debate.
–Debí haber estado. Siempre debatí, cuando me convenía y cuando no me convenía. Hubo muchas cosas que pasaron que hubiera refutado. Por ejemplo, Heller dijo que había cinco mil millones de pesos en la ciudad, lo cual es un disparate, y mucho más disparatado es que nadie le dijera que sus legisladores votaron todo el endeudamiento que propuso el macrismo en la ciudad.
–¿Por eso usted sostiene que el kirchnerismo no es opositor a Macri?
–Claro. El kirchnerismo acompañó el 70 por ciento de las leyes que propuso Macri, entre ellas la del endeudamiento, y canjeó muchas leyes por cargos. Nadie se lo marcó a Heller en el debate porque no había quiénes conocieran a fondo la situación de la ciudad; por eso Michetti no quería que yo fuera a debatir, para que cualquiera dijera lo que quisiera sin que nadie pudiera confrontarlos.
–Hay votantes de centroizquierda de Capital Federal que frente al escenario de polarización planteado en la provincia de Buenos Aires dicen que prefieren que gane Kirchner y no Francisco de Narváez ¿Se anota en ese grupo?
–Eso es una simplificación de la política y a mí no me van a llevar con falsas opciones. Está claro que De Narváez expresa la derecha del peronismo y que no me convocan sus relaciones con Macri y con Puerta, pero eso no quiere decir que uno deba elegir entre dos opciones que no lo entusiasman.
–Heller sostiene que si al Gobierno le va mal viene la derecha.
–Heller dice eso para justificar lo que está haciendo, pero ésa es una falsa opción. Prefiero que nos juntemos en un espacio progresista con Sabbatella, Binner, Juez y sectores del peronismo y el radicalismo progresista aun cuando lleve más tiempo.
–De los tres dirigentes que nombró, Binner es el único que se perfila como candidato presidencial, ¿es la figura a la que el progresismo debe apostar en el 2011?
–Sí, pero va a depender mucho de su decisión política.
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