EL PAíS
En Liniers esperan la marcha con el desayuno
El barrio juntó pan y mate cocido para recibir la columna en un gesto de unidad de piqueteros y caceroleros. También quieren que los comercios no cierren y marcharán unas cuadras.
› Por Laura Vales
En el primer gesto concreto y público de unidad entre caceroleros y piqueteros, los vecinos de Liniers recibirán la marcha de los desocupados de La Matanza en su entrada a la Capital. Los de Liniers, que fueron los inventores del corralito humano a los bancos, durante el fin de semana recorrieron su barrio pidiendo a los comerciantes que no bajen las cortinas al paso de los desocupados. “Más de 200 vecinos se pusieron a caminar para recibir a los piqueteros”, aseguró Eduardo Slutzky, uno de los organizadores del corralito a los bancos.
–¿Qué recibimiento quieren darles?
–Los vamos a esperar en la esquina de Rivadavia y José León Suárez, a las nueve de la mañana, con mate cocido y pan. La idea es preparar 500 litros de mate cocido y ya hay 400 kilos de pan donados. Todo el barrio se puso a caminar y a pedir donaciones para esto. Decidimos explicar a todos nuestros vecinos qué ibamos a hacer, para buscar su apoyo, y plantearles a los comerciantes la necesidad de que mantuvieran sus locales abiertos.
–La reacción mecánica a cualquier marcha de desocupados es bajar las persianas.
–En general ocurre que se vincula a los desocupados a los saqueos, cuando en realidad no es así.
–¿Qué receptividad encontraron en el barrio?
–Muy buena, desde los pequeños comerciantes hasta un supermercado muy grande hicieron donaciones de pan, yerba y azúcar.
–¿Cuántos vecinos están trabajando en esto?
–En la reunión del sábado en la plaza Sarmiento hubo doscientos vecinos participando.
–¿Sólo van a recibir a los desocupados o también van a marchar a la Plaza de Mayo?
–Los vamos a acompañar unas cuadras, en un acto simbólico.
–¿Cómo decidieron este apoyo a los desocupados?
–Salió espontáneamente, por un vecino que trajo la inquietud, se votó en una reunión que hacemos entre los vecinos y después lo trasladamos a todo el barrio. Ahora (por el domingo) hay una camioneta con altavoces recorriendo todo el barrio invitando a la gente a recibirlos. Otra cosa que queremos hacer es regalarles algunas camisetas argentinas con la consigna “basta–basta–basta”, que son las que usamos al hacer el corralito humano a los bancos. Y también estamos llevando a la reunión interbarrial de Parque Centenario, para proponer que se apruebe, un mensaje que queremos que se lea en Plaza de Mayo en nombre de todos los sectores. Ya hay seis barrios que lo apoyan, pero queremos ser más.
–Ustedes también están organizando un carnaval de protesta. ¿Cómo va ese proyecto?
–Va bárbaro. Se va a hacer el viernes 8 de febrero. Un dato que queremos difundir es que nos prestaron el salón Bajo Oeste del Club Vélez Sarsfield, donde vamos a reunirnos este miércoles a las ocho de la noche con todos los que quieran participar del carnaval. La idea es que los barrios manden a una o dos personas para coordinar todas las murgas. Lo interesante es cómo el club, que es una institución del barrio, nos presta el lugar.
–¿El modo de sumarse al carnaval es exclusivamente formando una murga?
–Va a ser muy amplio. A modo de ejemplo, nosotros vamos a hacer la murga del corralito, acompañada de bombos, platillos y cacerolazos. Sugerimos que sectores PYMES simbolicen de algún modo la comparsa de las PYMES y las fábricas destruidas; los abogados podrían hacer la murga de la Corte Suprema y los maestros podrían hacer la de la educación. Por supuesto, queremos que se arme la murga del trabajo con los desocupados. Y les pedimos a todos aquellos artistas populares que quieran sumarse que se pongan en contacto con nosotros, porque sería muy valioso que actuaranen el carnaval. Ya le hemos solicitado a la municipalidad que nos de una mano con el sonido y el escenario.
–Los vecinos de Liniers son conocidos por haber organizado el primer corralito humano contra los bancos. ¿Cómo empezaron a reunirse?
–El 7 de diciembre del 2001, día de San Cayetano, hicimos la primer protesta en Capital Federal donde cortamos Rivadavia durante una hora y bajamos todas las persianas. Nuestro primer mensaje fue contra la política económica y después de eso, a las 48 horas hizo el mismo acto Flores. El 16 de diciembre fuimos 70 vecinos a dar vueltas a la Plaza de Mayo, convocado a un cabildo abierto para saber de qué se trataba. A partir de ahí tratamos de conectarnos con otros centros comerciales, participamos de los cacerolazos del 19 de diciembre, y decidimos seguir trabajando. El 12 de enero hicimos el corralito humano, que fue la primer protesta con propuesta, porque nosotros dijimos empecemos a apoyar a la banca nacional y cooperativa a cambio de que estos sectores se sienten a una mesa de negociación con nosotros para encontrar una solución a esta problemática. Y planteamos que todos los impuestos que tengamos que pagar los argentinos nunca más los paguemos a través de bancos extranjeros.
–¿Ahora en qué están?
–La organización del carnaval nos lleva todo el tiempo, y después creemos que vamos a empezar a debatir y difundir propuestas.
–De diciembre a hoy, ¿cuál ha sido la ganancia de las asambleas barriales?
–La ganancia de todo esto es el aprendizaje de que entre todos podemos, que la cultura del individualismo es la que nos llevó a esta situación. En cuanto a si nos escuchan o no, pensamos que el Gobierno sigue sin interpretar el ruido de las cacerolas.