A pocas horas de la elección, el Acuerdo Cívico y Social dice que tiene el 80 por ciento de los fiscales para el conurbano bonaerense, mientras que en Unión-Pro hablan de cubrir todas las mesas. La oposición, que hizo de las advertencias sobre un posible fraude un tema de campaña, no acordó un trabajo de fiscalización en común, por lo que cada fuerza armó por su lado su propia estructura; sus responsables dicen que el número de los voluntarios que se anotaron dio un salto en la última semana. También el kirchnerismo los convocó, aunque sin apelar a una campaña en los medios sino a través de organizaciones sociales afines.

En la provincia de Buenos Aires el número de fiscales necesarios para cubrir la elección es de 40 mil, si a las 35 mil mesas de votación se suma un fiscal general por escuela. “Tenemos más de esos 40 mil”, aseguró a Página/12 Alfredo Atanasof, el hombre del duhaldismo que, por su manejo del aparato del PJ bonaerense, Francisco de Narváez puso a armar el operativo de Unión-Pro. Atanasof detalló que el número le sobra: “Vamos a poner un fiscal por mesa más algunos suplentes, porque imaginamos que va a ser un escrutinio largo y algunos fiscales deberán ser reemplazados, y además va a haber un fiscal general por escuela y un encargado de edificio”.

Como es de conocimiento público, Unión-PRO se vio en dificultades con sus fiscales. Apenas se largó la campaña, muchos punteros del PJ que eran la garantía de control del espacio le quitaron el cuerpo a la elección, tras sentirse ninguneados porque De Narváez los dejó fuera de las listas. Atanasof, sin embargo, relativizó esa sangría. Según sus datos, de la estructura que reunió “apenas unos diez mil son voluntarios”, mientras que el resto proviene del viejo Partido Justicialista.

El peso de los voluntarios, en cambio, fue descripto como más alto en el Acuerdo Cívico y Social. “Vemos que la gente se sintió preocupada por cuidar estos comicios”, aseguró Ana Rodríguez, integrante del equipo de Margarita Stolbizer y jefa del operativo de fiscalización de ese espacio. De acuerdo con sus planillas, “en el interior de la provincia de Buenos Aires se llega a cubrir entre el 90 y 100 por ciento de las mesas. En la zona más difícil del conurbano, la primera y la tercera sección electoral (con municipios como La Matanza, José C. Paz y Malvinas Argentinas), tenemos el 75 por ciento en muchos lugares, y en algunos casos llegamos al 80 o al 100 por ciento”. Rodríguez agregó que el número de inscriptos “aumentó en los últimos quince días, impulsado por la propaganda de Margarita”.

Como el tema no cae dentro de las limitaciones de la veda electoral, en los locales partidarios habrá clases de capacitación hasta el sábado. Algunas fuerzas imprimieron su manual para fiscales –como el caso de Proyecto Sur, de Pino Solanas–, otras armaron cursos on line, pero el método usado por todos por probado y efectivo es el que combina una charla con un simulacro de elección. “Llevamos urnas, boletas, sobres, planillas de recuento. Hacemos todo como el día de los comicios”, contó Rodríguez. Este año, además, a los fiscales les están pidiendo que en los días previos se ocupen de repartir boletas, porque aseguran que tienen miedo de que aparezcan truchas.

“La preocupación por tener más fiscales tiene que ver con el conocimiento de que en el 2007 hubo fraude en algunas escuelas, faltantes de boletas, quita de boletas”, dicen en el Acuerdo Cívico. En Proyecto Sur, de Pino Solanas, el argumento es similar. “En la provincia de Buenos Aires en la elección pasada el boca de urna nos daba 5 por ciento y en el recuento oficial obtuvimos 1,98 por ciento, apenas por debajo de lo que exige la ley para no perder la personería”, señala Alejandro Jasinsky.

En el kirchnerismo, la búsqueda de fiscales se realizó con un discurso en espejo: el que advierte que el 29 la oposición intentará instalar la idea de que hubo fraude para deslegitimar al Gobierno. “Obviamente que nosotros no pensamos que vaya a haber fraude, pero que conviene que los fiscales existan es una realidad”, señala Ricardo Gené, integrante del espacio de intelectuales de Carta Abierta, donde junto a su mujer asumió el trabajo de reunir fiscales que se sumarán a los del Encuentro para la Victoria. “Necesitamos fiscalizar que estén todas las boletas en condiciones, que no queden las boletas tapadas o se las lleven, esas cosas que sabemos se han hecho.”

Con un cartel de “fiscales anotarse”, en las asambleas de Carta Abierta, Gené inscribió a 150 voluntarios para el distrito porteño. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, el número de fiscales necesarios es de unos 7400 (hay 6 mil setecientas mesas y más de 700 colegios).

En el Encuentro para la Victoria apuntaron que para reunirlos apelaron centralmente a la militancia. “Somos una alianza compuesta por ocho partidos políticos que tiene el apoyo de dieciocho organizaciones sociales”, señaló Carina Lamas Pasquino, apoderada del Partido Solidario, de Carlos Heller.

Si bien todas las fuerzas aseguran que no pagan por la tarea de fiscalizar, algunos militantes del conurbano bonaerense dieron otra versión. Aseguraron que por fiscal en un distrito de cierta complejidad como el de Lomas de Zamora, los partidos con mayores recursos ofrecieron pagos de hasta 300 pesos. En la ciudad de La Plata otros consultados pusieron la cifra en “entre 200 y 280 pesos”. Es dudoso, de todas formas, que ésta sea una práctica extendida. El valor de un fiscal está ligado a su confiabilidad, por lo que pagarle para que controle no parece ser el mejor negocio.